cente no sabia quanto tempo habia esperado este i

dia

Capitulo 308

En innumerables noches escuras como boca de lobo habla sobrevivido lento pero seguro, apoyándose en el último rayo de luz

Yashabria desvanecido completamente

El vagón estaba muy silencioso

Despues de un momento Vicente saco un dulce de leche de su bolsillo.

arse esparció por su boca

: que

El esbozó una sonrisa, por primera vez sintiendo que estar vivo no era tan malo.

Al menos, le recordó que el azúcar era dulce.

Vicente alla mirada hacia el edificio de apartamentos donde vivia Gabriela.

Cuando era niño, ella lo protegio

Ahora, era su tumo de protegerla

Después de mucho tiempo, el coche negro desaparecio bajo el cielo nocturno.

Vicente conduto hasta el sanatono de la familia Solos.

El sanatorio estaba situado en un tranquilo suburbio.

No habia nadie en millas a la redonda, con un gran bosque por delante, y en la oscuridad de la noche, solo un farol frente al sanatorio que brillaba en solitario. El único sonido en el aire era el ulular inquietante de un búho, la escena era extremadamente sombria

Era para ponerle los pelos de punta a cualquiera.

escuchar el sonido del coche, una a anciena

era muy ronca

sido raspada ásperamente por alguna hoja afilada.

“Sra. Duro”

Sra. Duro le paso a Vicente un par

los puso sin

una cicatriz aterradora en la cara de la Sra. Duro, que daba miedo, y sus manos también estaban llenas de cicatrices, con el meñique y

subieron hasta una habitación luminosa

apenas estaba

una

Una silla

olor penetrante a desinfectante llenaba el aire.

En la cama,

mediana edad con el cabello y la cara sucia estaba encogida, mirando a su alrededor

Vicente, dio un grito agudo y se cubrió

tengas miedo, después de esta inyección te recuperaras, dijo Vicente, tomando la jeringa

“No, no quiero…”

con los recuerdos

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Capitulo 308

una habitación oscura,

joven y bella sostenia una jeringa, de pie frente a un muchacho delgado, “Si estás enfermo, debes curarte, sé bueno, estarás bien

Al siguiente segundo.

aguja se clavó violentamente en su piel.

qué no te mueres!”

muerto, mi hijo será el único

“Muerel,Muere!”

una loca, claramente

el muchacho acurrucado en la esquina no decía nada.

en sus

suficientemente fuerte, solo podias

te haria mucho más

pensar en esto, el leve rastro de ferocidad en los ojos de Vicente se intensificó en ese instante,

de la jeringa se

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