Capítulo 344

Nadie esperaba que Gabriela hiciera algo asi de repente.

La escena tomó por sorpresa a Yolanda, quien quedó paralizada.

Sentia supecho pegajoso y sabia sin mirar que en ese momento debía estar en un estado lamentable.

¿Qué estas haciendo?!“, exclamo Nerea a todo pulmón.

Gabriela se encogió de hombros ligeramente y dijo. “Oh, lo siento, fue un pequeño resbalón de mi mano, no lo hice a propósito. ¡No te enfades, Srta. Muñoz!”

Nerea no pudo contener su ira y grito. “No fue un resbalón! Obviamente lo hiciste a propósitor”

Gabriela miraba a Nerea desde aba con ojos llenos de matices y dijo. “Todos cometemos errores. Ya me disculpe con ella, y no es como si alguien hubiera muerto. ¿Por qué ustedes, Srta. Jaso, Srta. Muñoz, tienen que ser tan implacables?

Ella les devolvió la misma frase que Yolanda había dicho antes.

Nerea se quedó parada, su rostro pálido y a la vez enrojecido de la rabia.

No se esperaba que Gabriela contraatacara de esa manera, y mucho menos que hablara con tanta elocuencia.

Se preguntaba si esa era realmente la Gabriela que ella conocía antes.

Yolanda alzo la mirada hacia Gabriela, con una expresión de humillación en sus ojos. “Gabriela, hermanita, siempre te he tratado como a una hermana ¿No crees que estás siendo un poco excesiva?” Preguntó ella.

Gabriela cruzó sus brazos y dijo. “¿Quién es el excesivo, yo o ustedes? Srta. Muñoz, ya que tus padres no te enseñaron lo que significa no juzgar otros sin conocer su sufrimiento, hoy tendré que hacerlo yo.”

la mirada hacia Yolanda y continuó, “El clima se está poniendo más caliente, Srta. Muñoz. Recuerda beber menos té verde

también empezaron a

tiene bastante razón!”

sola en

bien, Yolanda no es

repente encuentro a

se puso furiosa al escuchar los comentarios de las personas, pero tenia que contener su

¡Pequeria zorral

pequeña zorra!

Grunia Yolanda

al baño para tratar de

baño, una joven la detuvo y la preguntó. ¿Es usted Srta. Yllescas?”

Si,

bolsa elegantemente envuelta y dijo. “Srta. Vllescas, mi nombre es Ana. Esto es un atuendo que

Gabriela arqueó una ceja.

“S“, confirmó Ana

tomó la bolsa y dijo. “Entonces no me haré de rogar, dale las gracias de mi parte.”

hard.” Asintió

al

todavia estaba

quitó y

bolsa en mano dijo, “No hace falta tanto, me lo llevo y lo lavo yo misma. Por cierto, ¿dónde está el Sr. Sebas? Llévame a verlo, despues de todo, deberia agradecerle

por favor.

a Gabriela a la zona exclusiva

del bullicio del primer piso, el silencio allí era tal

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