Capítulo 356

La voz de la abuela Zesati sonaba fuerte en el aire.

Yolanda, que iba delante, escuché claramente la palabra mujer despreciable” y funció el ceño con fuerza.

Maldita viejal

¡S se atreve a hablar ast de ella!

Si la abuela Zesati hubiem mostrado un poco de piedad o humildad, quizás le habria dado algo.

Pero en ese momento,

ya no más,

esa vieja no merecia su caridad.

Ese tipo de gente en la ruina, ¡merece la bancarrota! Merece ser de clase baja toda su

vida!

Gabriela la vio soltar palabrotas y le plcó la curiosidad: “Abuela Zesati–¿conoces a esa mujer?

hablemos de ella! A propósito, ¿no estás a punto de presentar tus exámenes finales?

amuleto y se lo

un amuleto amarillo, con simbolos dibujados con

en el bolsillo de su uniforme escolar

al ver que Gabriela valoraba tanto el amuleto que le había dado. Había estado preocupada de que Gabriela considerara

día ya no creen

un ápice de desden!

su

que esa despreciable Yolanda! ¡Diez

Eva no queria quedarse atrás y de inmediato sacó un termo, “Gabi, debes

Gabriela se iluminaron al oir “dulce de sopa“, “¿De verdad hay dulce de sopa? ¡Gracias, tia Eva!”

y tomó del brazo a Gabriela, “Hay una tienda de pollo frito adelante, vamos sentamos

“De acuerdo.”

tomó el

Gabriela a entrar en la

de salida de la escuela, la tienda

su pedido con el móvil.

rápido. El cocinero que lo preparó vino desde

éra dulce y tenía un toque refrescante de menta.

preguntó ansiosa: “¿Qué tal?

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