La Licantropa Luna Perdida by Jessica Hall
Chapter 112
Duerme en la cama si quieres. Te prometo que me quedaré aquí —le digo. Dustin niega con la cabeza. En cambio, me sigue hacia el sofá. Recupero mi tableta, la abro y reservo antes de decidirme a hacer algo educativo. Dustin se quedó allí mirándome y yo le levanté una ceja.
“Se supone que debes estar durmiendo”, le digo, acariciando el sofá. Frunce los labios.
No me hagas tratar de darte órdenes. Probablemente solo me avergonzará cuando no pueda —me río, y sus labios tiran de las comisuras, pero se sienta de mala gana, y tiro la manta sobre él.
“Ahora, duerme”, le digo.
“Sí, jefe”, se rió, cerrando los ojos. No pasó mucho tiempo antes de que se durmiera, y después de una hora, cayó de lado sobre mí, con la cabeza apoyada en mi regazo mientras yo trataba de averiguar cómo hacer la letra extraña en el libro. Tenía un guión encima, pero no pude descifrarlo en la tableta. Me rindo, paso a la siguiente oración cuando entra Damian, y me llevo un dedo a los labios, señalando a Dustin dormido.
—Debería estar en guardia —gruñe Damian, y yo le gruño.
—Treinta y seis horas ha estado en la lista —le espeto, y él parece desconcertado.
“No, Trey es su relevo”, dice Damian, mirando a Dustin.
“Trey estuvo aquí antes. Dustin no confiaba en él y lo despidió”. Damian parecía confundido pero suspiró.
“Bien, hablaré con Dustin cuando despierte; Traje tu almuerzo —dice Damian, pasándome un plato. Dejo mi plato en el brazo del sillón.
“¿El rey?”
camisa negra, que tenía las migas de pan del sándwich que
llevarme a ver-” Damian levanta
es no, tengo que ir con
el
sé
dijo que estaba
acto!” Gruño, enojándome. ¿Por
reina, no sé qué
dijo el Rey —gruño, mirando
defiende Damián y gruñe. Si tiene razones, ¿por qué no me dice esas malditas razones? Sólo quiero verla, eso es todo. Si ella está bien, me disculparé por hacerle
mi plato en la mesa de café antes de salir con cuidado de
“¿Azalea?”
pueden hacerlo —le
diciéndome que debería dejarlo en paz. ¡Que estaba de humor! Pongo los ojos en blanco y tiro de mi brazo de su agarre cuando trata de evitar que entre a
y entré para encontrar a Kyson junto a la ventana. Whisky en la mano. Me mira y sonríe, sus ojos
“¿Todo bien?” —pregunta Kyson—.
habitación”, dice Damian, agarrando mi brazo, y Kyson gruñe ferozmente, haciendo que lo
quien estaba mirando a Damian. Kyson dirige su atención hacia mí antes de saludarme y despedir a Damian. Miró
de él, colocándolo en la mesa
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