CORAZONES ATADOS. CAPÍTULO 9. ¿Tu papá te dijo todo eso? 

“Maddi, ¿me harías el increíble honor de dejarme ser el papá de tu bebé?” 

Aquellas palabras dejaron a la muchacha paralizada, mirando a James con el ceño fruncido y los ojos abiertos como platos. Por un momento esperó que se tratara de un sueño, pero cuando lo miró a los ojos y vio su expresión seria, su corazón empezó a latir más rápido. 

-Pellizcame… 

-¿Qué? 

-Pellizcame, porque no puedo creer que estés hablando en serio, ¡pellízcame! 

¿Nos podemos conformar con una nalgada suave? 

-¡James! 

—¡Ya va, ya va! —James le dio un pequeño pellizco en la mano pero ella ni siquiera gritó. Solo hizo un puchero y asintió mientras las lágrimas caían de sus ojos. ¡Oye, si te propongo esto es para que te pongas feliz! 

James se levantó y la estrechó en sus brazos. Maddi le devolvió el abrazo con desesperación mientras ocultaba el rostro en su pecho y por un rato él la escuchó llorar, aunque 

de alivio. 

sabía 

que era 

-Todavía no me has dicho que sí murmuró y Maddi levantó el rostro hacia él. 

-Claro que sí… -susurró. Por supuesto que sí. ¿Cómo podría decirte que no quiero criar a mi bebé contigo después de todo lo que has hecho por nosotros? 

James sonrió y le dio un beso suave en la mejilla que la hizo a ella contener el aliento y a él 

estremecerse. 

-¿Sabes que significa? -Maddi se frotó la mano contra su estómago-. Que esto ya es oficial. 

-Sí–sonrió James de oreja a oreja-. Ya se siente como oficial. ¡Voy a ser papá! 1 

Su cuerpo vibraba de la emoción y Maddi le dio permiso de hacer un bailecito de la victoria. 

¡Con que no saque tu ritmo estaremos bien! 

se burló Maddi. 

Realmente se veía feliz, tan feliz que ella se preguntó por primera vez si James había estado fingiendo todo su buen humor hasta ese momento, porque antes era afable pero ahora parecía un niño en plena Navidad. Una débil sonrisa se dibujó en su boca cuando él volvió a abrazarla con fuerza. James ocultó rostro en el cabello de Maddi, respirando profundamente, mientras se preguntaba si aquel olor a jabón y lavanda era algo que ella llevaba consigo o si simplemente estaba en la habitación. Lo que fuera, le encantaba. 

Maddi

el

cuna, biberones, pañales y… y… ¿qué más usa

te preocupes, en Google seguro saben -respondió mientras él pasaba un

locura. James siempre encontraba algo más que quería hacerle a la casa, algo que

estas no son remodelaciones! —reía Maddi—. ¡Para esto mejor echa la casa abajo

-¿Puedo? 

no puedes! -exclamó ella-. Yo ya quiero mudarme para organizar las cositas del bebé, y tú ya

me

dos semanas, en dos semanas me mudo, con o sin remodelaciones–le advirtió ella y

tomó su pequeño bolso, él ya la estaba esperando en la puerta. Se subieron al auto

muy equivocada, porque los recibió un enorme cartel de “WELCOME HOME” y toda la familia y amigos estaban allí

familia. Muy pronto los chicos secuestraron a James para darle

cuando finalmente las niñas la dejaron un momento tranquila-. Siento que

gracias a mí -le respondió Meli con una sonrisa-. Esto es todo James. Es un poco bruto a veces, pero tiene el corazón más grande

renegado de todo al saber que no podía tener hijos, pero él no murmuró Maddi observándolo y Meli sonrió cuando se dio cuenta de la expresión de la muchacha al mirar a su hijo-. James es un

siempre se le pasa a

-se rio Meli. 

lo estaba correteando allá en su casa?

porque es especial – le hizo un gesto las dos fueron a la cocina-. Te compré un par de sartenes que te van a servir, no puede ser

de su padre y señalaba

la maternidad le está enseñando mi madre a Maddi y por qué tienen un par de sartenes en la mano?

un momento y

heredera de tu madre.

día fue simplemente hermoso y para cuando despidieron a todos en la noche y se quedaron solos, los dos se dejaron caer sobre

Vamos a tener que poner una cama en el cuarto del bebé, porque

Durante un largo segundo James se perdió en aquellos ojos que eran dos lagunas cristalinas. Algo extraño se revolvió dentro de él, algo que no era capaz de explicar, como

hablándole a su pancita. Tenemos una familia grande y loca que te ama.

inclinó y le acarició el vientre

engañe, no somos locos, solo tu abuela Meli,

bruja? -preguntó Maddi haciendo

con el sartén!

Maddi y dejó escapar un grito cuando él

y se dejó llevar, no porque no pudiera hacerlo sola, sino porque aquella sensación de sentirse protegida y consentida por él

Que en vez de poner una cama aquí, deberíamos poner la cuna en tu habitación

corriendo desde tu habitación a la

importante –. Igual voy a tener que empezar a hacerlo antes de

le causaba ninguna reacción, pero la verdad era que solo de imaginarlo sentía un escalofrío

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