La Novia Equivocada Novela de Day Torres

LA NOVIA EQUIVOCADA CAPÍTULO 25

CAPITULO 25. Nombrecitos cariñositos Nathan no podía negarlo, ver entrar a aquella mujer con la nariz asegurada con una férula y todo morado alrededor era una felicidad. Aun así mantenía una actitud distinguida y altiva, como si la sirvienta de su casa no le hubiera roto la nariz delante de todos.

-Stephanie – dijo levantándose-. Qué sorpresa verte.

– Bueno… —respondió ella con voz neutra-. No debería ser una sorpresa. Es día de escuela, son las tres de la tarde, alguien tiene que cuidar de Sophia, ¿no?

Nathan casi se rio en su cara. Sabía que Stephanie sólo trataba de averiguar si él había roto su compromiso con ella después de haberla pillado maltratando a Sophia o todo seguía en pie.

Nathan sacudió la cabeza con disgusto. No confiaba en Stephanie, pero le sorprendía la desvergüenza con que se presentaba ante él. Estuvo tentado a echarla de su oficina con la Seguridad del edificio, pero luego decidió que a la gente como ella era mejor darle un tipo de lección que no olvidaría jamás.

-Creo que Sophia no se siente muy cómoda contigo ahora mismo, así que será mejor que no la cuides por un tiempo – dijo con calma. Stephanie abrió los ojos sorprendida y se aclaró la garganta mientras lo miraba fijamente.

– Pues… es que se supone que es mi tarea cuidarla… — le dijo, sin apartar la mirada de su rostro desafiante.

-En este punto, me parece mejor que tenga una niñera -replicó él. Stephanie se quedó enmudecida y frunció el ceño furiosamente. Miró a Nathan con una molestia concentrada pero sabía que no podía gritarle todo lo que estaba pensando de él y de su hija.

– ¿¡Entonces así son las cosas!? ¿Sophia hace un escándalo, la criada de la casa me golpea y tú me desechas como si no fuera tu prometida? -se quejó Stephanie

– . Y además me parece muy mal educado que hayan aprovechado la situación para agenciarse a una de las criadas de mi casa… ¡Sophia es muy manipuladora…!

Nathan achicó los ojos mientras sintió como su cuerpo se tensaba.

-No te atrevas a hablarme así – dijo Nathan, con voz baja y amenazante-. Si a mi hija no le agradas sus razones tendrá, y contrario a lo que crees, Amelie no se está quedando en la mansión King en calidad de sirvienta, sino de invitada. Stephanie se limitó a mirarlo fijamente, sin poder creer lo que estaba oyendo. No

podía ser cierto… Nathan no permitiría nunca que una persona tan insignificante como Amelie se quedara en su mansión y menos aún tratándola de invitada.

Sin embargo era evidente que la bruja de Amelie los había embaucado con su actuación de defensora de los niños. ¡Estúpida! pero eso no significaba que Nathan no se casaría con ella.

-Entonces… ¿Qué va a pasar con nuestro compromiso? Porque esta no es la forma correcta de iniciar un matrimonio…

– Tienes razón, no lo es — respondió él sin inmutarse—. Creo que por ahora pondremos en pausa el asunto del compromiso.

abrió los ojos sorprendida

porque te aseguro que esto no se va a quedar así! — declaró Stephanie con altivez antes de salir de aquella oficina taconeando con fuerza

señorita, pero de verdad no puede pasar! ¡El señor King dijo que ni

no trabajo aquí, solo vengo de visita. Nathan apretó un botón

– Déjala entrar.

que se asomaba por la puerta. -¿Ves? Nada de tacones,

unos documentos de la esquina del escritorio y ella dudó,

traviesa de Sophia. ¿Por qué hacer algo tan aburrido como sentarte educadamente en una silla, cuando puedes sentarte en la esquina de mi

estoy dejando calentito para los próximos documentos que

dejar hacer lo que yo quiera? Nathan se levantó y

– ¿Tengo opciones?

– Entonces es de sabios no

porque acabo de ver a Stephanie salir de esta oficina como gallina

lo que se merecía -gruñó Nathan-. Solo le dejé claro que eras una invitada en

-¡No me jodas! -¡Meli!

que estaba en pausa? ¿No lo terminaste? –

con malicia-. Pareciera que no me conoces, chiquilla. No soy de los que acepta el engaño con diplomacia, tu familia me va a pagar muy caro por la mentira que me dijeron. A menos que a

no, no! Tú haz lo que quieras con mis tíos, yo si tuviera un premio hasta te lo daba. Vaya, que por esa vena saltando en la

Nathan King. Su mirada era profunda y penetrante, y Meli se sentía atraída por aquel fuego que parecía siempre arder en su interior. Su boca tembló solo un instante antes de que Nathan cerrara la distancia y le diera un beso suave en los labios. Se estremeció y le respondió con una emoción que hizo temblar a Nathan por dentro. Cada roce de sus labios era único, los consumía un

desviando su atención–. Vayan a

pórtense mal.

-¡Mejor no, que tú eres muy literal! – se asustó Nathan y Meli sonrió

recogió a Sophie y se fueron inmediatamente a la casa, a hacer tareas y más tareas

convirtió en una agradable sucesión de días de colegio, risas por las noches y miradas furtivas entre

encantados y al menos por una semana los Wilde se mantuvieron

día con mucha disciplina. Había hecho algunos amigos nuevos, no todos sus compañeros de clase eran agradables, pero ella

le gritó un día uno de sus compañeros mientras avanzaba hacia el auto de Nathan que ya la estaba esperando. Rex se apresuró a alcanzarla y le entregó uno de sus cuadernos-.

ablandó el corazón como para prestármelas

se iba, pero alguien dentro de aquel auto si lo noto. : Nathan no dijo ni una sola palabra al respecto, primero porque ella no parecía darle la menor importancia, y después porque él ya estaba bastante grandecito como para hacerle una escenita de celos a una universitaria… iy

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