ATRACCIÓN PELIGROSA. CAPITULO 48. Nunca más

Nahia sentía que salía de la realidad mientras Aaron la besaba con pasión, sus manos recorrían su cuerpo con una mezcla de ternura y fuerza que la hacia desfallecer. Una era suave y delicada, la otra era fría y demandante, pero las dos eran suyas.

Se movían juntos como si nunca se hubieran separado, como si el tiempo se hubiera detenido para ellos

dos.

Sus ojos no paraban de buscarse mientras él se empujaba dentro de ella, acompasando los movimientos de su cuerpo hasta que la desesperación y la necesidad les ganó.

Los movimientos de Aaron se volvieron cada vez más intensos, los gemidos salían sin control y ella se sintió como si estuviera flotando. Subió sus manos para encontrar su piel y allí sintió el mismo fuego que sentía arder en su interior.

-¡Dios, no pares!

-Tú solo intenta detenerme y vas a ver -jadeó él, sintiendo cómo cada fibra de su cuerpo se estremecía.

Seguia siendo estrecha, apretada y firme, y seguía volviéndolo loco solo con respirar. Aquel roce feroz contra sus paredes era delicioso y la llevó a otro nivel de placer. Él sintió como todos los músculos de Nahia se contraían alrededor suyo cada vez que iba un poco más profundo. Se abrazaron con fuerza, sin tener que decir palabra, solo sentirse.

Él la penetraba con fuerza, una y otra vez. Se agarraba a sus caderas para estar más cerca, haciendo que el placer creciera con cada embestida. Sus gemidos se mezclaban, entre susurros y gritos.

-Dime que esto es lo que quieres, nena. Dime que me extrañaste -le susurró Aaron en el oído, con la respiración irregular. 2

-Sí… -gimió ella, sumergiéndose en sus palabras, en su pasión, en él.

Aaron la llenaba por completo, apoyándose en la cama para embestirla con más fuerza. Cada vez que bombeaba dentro de ella, Nahia se estremecía, agarrándose a los bordes de la cama mientras él continuaba:

-Te extrañé mucho, nena -susurró sobre su boca-. Te extrañé hasta el infinito.

-Yo también, Robocop…

Nahia cerró sus ojos y soltó un gemido mientras sentía que el placer llegaba a niveles insospechados. Él la empujaba con fuerza, sin parar, tocando los puntos más sensibles de su cuerpo y haciéndola vibrar, hasta que rodó sobre la cama y la dejó hacer lo que siempre hacía: dominarlo. 2

Nahia se movió sobre él la necesidad acumulada de dos años, mientras él sujetaba sus caderas para guiarla. Lo sintió llegar aún más hondo, haciendo que aquel dolor se expandiera por su cuerpo hasta volverse placer, como si fuera capaz de tocar el cielo. 11

-Ah… Aaron… -gimió ella, mirándolo a los ojos, jadeando y buscando su boca.

Aaron alcanzó su objetivo, sus hombros chocaron contra la cabecera de la cama, sus caderas golpeaban contra las de ella y sus manos la atraparon.

Aquella sensación que la embargaba era pura pasión, era él, era ellos, era exactamente como había sido siempre. La besó con desesperación, alcanzando el máximo de su placer mientras ella seguía moviéndose sobre su erección. Cada vez que se frotaban, Nahia volvía a sentir que todo aquello era real.

-¡Oh, Dios! -gimoteó ella, mientras su orgasmo se expandía por toda su piel.

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como si le faltara piel para besar. El sudor corría entre los dos y el fuego

se escapaban en un relleno de besos y suspiros.

apoderó de su boca con fiereza, siendo consciente

en un orgasmo intenso que la dejó sin aliento, temblando entre

fundirse juntos y sus almas para encontrarse en

corazón latir aceleradamente mientras lo abrazaba. Se quedaron allí por un largo rato, los dos temblando. Cuando los últimos latigazos

él con suavidad, besando su

debes cuatro -sonrió

apretándola contra su cuerpo y sintiendo cómo su respiración se

poder cumplirme con

aquí cuando me necesitaste -murmuró él y Nahia vio cómo sus ojos se cristalizaban – Si no hubiera sido tan estúpido, si

sabía nada sobre

-respondió Nahia-. Mi

esperaba que al menos tuvieras una familia completa, que fueras

fuera feliz con otro?

ser

un imbécil -rezongó Nahia.

la idiotez yo sería el campeón indiscutible -murmuró él estrechándola aún más. Lamento no haber sido capaz de amarte como te merecías. Y sé que no tengo derecho a pedirte otra

un segundo

empezar a forjar tu propia felicidad antes de pensar en

ellos, y Aaron tenía miedo de

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ya no estuviera allí. Había dado un paso, un pequeño paso con ella, pero al final sabía que tenía razón. Todavía se sentía un poco mal con el brazo así que se alistó tan rápido como pudo y se dirigió a

de Kyle en el despacho

sacar a Kyle de la escuela

-¿Sacarlo? ¿A dónde?

me duele y no quiero arriesgarme -confesó Aaron-. Y quería saber

niño por un momento y

si Kyle quiere ir, no le veo problema.

nudo en la garganta porque era la

los veré en la tarde entonces

le dieron una cita para que pudiera ser examinado. Los dos tomaron asiento mientras esperaban su turno, observando a los demás pacientes y

de un médico con aspecto cansado pero

gusto verte por aquí! -lo saludó-. ¿Y este

próximo paciente, si dios

a Aaron. Kyle observaba todo el proceso y cómo se colocaba la placa base. El doctor aprovechó para explicarle el proceso paso a paso y el niño lo

lo contrario vas a mover la placa base de la red nerviosa del brazo -sentenció sacando un arnés de una gaveta y colocándoselo para inmovilizarle en brazo-. Tres semanas.

tuvo más remedio que aceptar, e hicieron todo el camino de regreso en

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