La Venganza de la Esposa Muda

Capítulo 0139

Obviamente el abogado se aseguró que fuera una sala privada sin cámaras y micrófonos, para poder interrogar a sus clientes sobre esas joyas… ya que no le habían comentado sobre eso.

– Despierten – empezó a llamarlos, una vez que se aseguró que

estaban totalmente solos.

Al ver que no despertaban tomó la botella de agua que le habían dado, para abrirla y lanzarle el contenido a la pareja.

– Ah que… – se quejó Vanesa al sentir sus ropas húmedas.

¿Qué te pasa? ¿por qué nos mojas? – reclamó furioso Fernando.

– Al fin despiertan – indicó el abogado – bueno apúrense que no tenemos tiempo para charlar ya que están por trasladarlos a la prisión, así que…

Que! dijo la pareja asustada.

quiero ir a la cárcel – indicó preocupada Vanesa.

mbécil ¿no te dije que usaras todo para evitar esto? dijo Federico.

–

Eso hago, pero ese chico es más rápido al encontrar las pistas supuestamente inexistentes de sus crímenes indicó aburrido el abogado por cierto ¿es real eso?

-¿De qué hablas? – preguntó Fernando.

-¿Que esos diamantes amarillos fueron hecho con el cadáver de Alejandra Anderson?

En eso la pareja se quedó en shock y por instinto llevaron sus manos. al lugar donde estaban esas joyas notando que no las tenían.

Espera. ¿y mis aretes?

Mi anillo ¿dónde está?

acomodándose en su silla en ese

es que descubrieron

Vanesa.

esto ya no pueden evadir

¿Por qué? dijo Federico

ustedes no tenían

Federico-to dirés que esa antes

dio su

eso no funciona

Vanesa-si es por

eso, si no que por ley la única que tenía derecho a decidir ese ino era Débora, porque es su

ellos, porque entes no se habien preocupado por ese detalle porque tenían amigos que destruían las

debes sacamos de aquí y empezó a decir

y mis hijos –

eso no pude ayudarlos,

la luz todos sus crimenes, así que no había como

hablas? mis hijos

confundido.

bruto no pensó bien su estrategia y se metió

su caso.

puede ser,

-¿Y Casandra?

terminó su juicio y lamentablemente se quedaré en prisión hasta pagar todo

imbécil, tenías que

no le pedí a tu hija que robara