Capítulo26

-Hah hah. Señor Hernandez, Director Hernandez. no puedo más!– El hotel era ya de por si alto, con muchos escalones, y al llegar al octavo piso, Cesar Antonio ya estaba jadeando, con las piernas. temblorosas y a punto de caer de rodillas.

-Un hombre no puede decir que no puede tan fácilmente. Solo quedan dos pisos, vamos rápido- urgia Alejandro Hernández mientras subía sin cambiar su expresión.

El tenta treinta años este año, dos años mayor que César Antonio, pero debido a su servicio en el ejército de paz en años anteriores, y a su autodisciplina y entrenamiento de boxeo, su condición

física era mucho mejor que la de la mayoría de las personas.

¡Incluso si tuviera que subir veinte pisos más podría, una vez hizo treinta vueltas corriendo por la

noche en el ejército!

Finalmente llegaron al cuadragésimo piso, donde César Antonio se sentó en los escalones,

jadeando con fuerza. Alejandro Hernández lo miró fríamente y sacudió la cabeza, sin preocuparse

por él.

-Director Hernández, encantado de conocerle- dijo un hombre con una sonrisa formal mientras

se acercaba. Tenía un aspecto agradable, ojos de ciervo claros y limpios, como un cachorro, y era

difícil determinar su edad.

-Soy Aarón Soler, el secretario de la Directora Pérez. La Directora Pérez lo ha estado esperando

por mucho tiempo. Por favor, sígame- dijo Aarón Soler.

¿Cómo se atreve a insinuar que estaba subiendo demasiado lento?

oscureció un poco. — Mis

y se dio la vuelta para seguir

¡Qué desdén!

Antonio se recuperó y se acercó para quejarse, pero fue detenido

-Espérame aquí.

a Aarón Soler hasta la puerta

Inhaló profundamente.

pero frente a la Directora Pérez, que pronto revelaría su verdadero

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el golpe en la puerta, una

-Adelante.

puerta y gestó

Hernández movió ligeramente la garganta, mantuvo la espalda recta

con paso elegante.

tanto, en la habitación

a la pantalla del ordenador, comiendo chocolate

mientras observaba esta escena.

mesa lisa y brillante estaba

y un rostro

ella la Clara Pérez que lo había hecho pasar por muchas

pudo evitar sentir cierta

era así, le faltaba

un gerente.

está cansado? Por favor, siéntese- dijo Clara

obedeció la orden, pero no con la

un poco

se sentó en el sofá y miró alrededor

estaba en una esquina, una mesa de té de mármol natural tenía un sentido de diseño de moda y el sofá de

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