Capítulo36

El sonido de las palabras de Alejandro apenas había cesado cuando se escuchó un grito en el

restaurante.

De repente Rodrigo recordó que la mujer que había traido no podía quedarse tranquila Meter a la dulce conejita y a la tigresa en la misma jaula solo podia causar problemas!

– Hasta aquí, ¡tengo un problema súbito! De todos modos, hoy no está bien, nos vemos mañanal

Rodrigo estaba a punto de colgar cuando la voz de Alejandro se clavó en sus oídos como una

espada.

– ¿Dónde estás, Rodrigo?

En ese momento, se escuchó otro grito, aún más desgarrador que el anterior

-¡KS WORLD Hotel! ¡El restaurante!

Rodrigo regresó apresuradamente al restaurante.

Al abrir la puerta, la escena trastornó por completo su comprensión.

Vio a su frágil ex cuñada agarrando el cabello de su compañera con la mano izquierda y golpeando su cabeza contra la mesa con un golpe seco. Con la mano derecha, le inmovilizaba las muñeca, dejándola completamente indefensa.

¡Vaya! ¡Era claramente como la escena de una elegante detective arrestando a un delincuentel

Rodrigo temía que su cuñada sufriera abusos originalmente, pero al ver la escena, se dio cuenta de que se había preocupado en vano. 1

Así que simplemente cruzó los brazos sobre el pecho, con una sonrisa en la comisura de los labios,

disfrutando del espectáculo.

– Voy a presentar una queja… ¡Voy a demandarte! ¡Haré que no puedas vivir en la Ciudad de México!– la compañera tenía la cara aplastada contra la mesa, distorsionada, y seguía gritando

con los dientes apretados.

irte rápido, o de lo contrario, ni siquiera se podrá ver la marca de mi bofetada en tu cara. Ni

el tiempo, si no fuera porque esta

compañera, al ver que Rodrigo había vuelto, suplicó desesperadamente–Ro Rodrigo,

ayúdame.

Bueno, ya es suficiente…

a Clara, su tono no

simplemente estaba

todo, había habido ocasiones en que cuatro mujeres se habían. peleado en la calle por

la ex esposa de Alejandro, y no quería

ya es suficiente“? Esta puta

¡me dejó en este estado! ¡Debes hacer justicia por mí! – La compañera, con el cabello desordenado, estaba

silla, con las piernas cruzadas dentro de sus pantalones occidentales, observando a esa

largas piernas hasta el final, deteniéndose en sus delicados y blancos pies

tan hermosa, tan inmensamente

de

que tú le

mientras preguntaba.

ompañera estaba

se puso rojo.

señora Isabel no, así que seguramente

que Rodrigo tenía bastante perspicacia. Era mucho mejor que su

¿cómo puedes tratarme así? ¡Soy tu

él retrocedió con repugnancía y se apartó, esquivando su abrazo, lo que

te

de Rodrigo se volvió repentinamente fría, y la compañera

llorar.

lárgate rápido, no quiero volver

la Ciudad de México sabía

no lo hacía, el mundo

2/3

Llo siento…

maldijo entre dientes mientras admitía su error, cubrió su rostro avergonzada

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255