Capítulo89

El vestíbulo del hotel se había llenado de algunos clientes que disfrutaban de ver el alboroto.

-Señorita, por favor, calmese… Usted tiene estatus, causar un escándalo aquí no es apropiado. Solucionamos el problema en la sala de reuniones, ¿qué le parece? -El gerente, con la cara

empapada de sudor, intentaba persuadir a Leona con amabilidad.

-¿Cómo se atreven los empleados de vuestro hotel a robarme a mí, una persona con estatus? Si

esto le sucediera a alguien sin estatus, ¡lo maltratarían hasta la muerte!– Leona se puso las manos

y golpeó con fuerza el mostrador de mármol, mirando fijamente al gerente con ira.

Las personas a su alrededor miraron de reojo, algunos reconocieron a Leona.

Sabían que era la hija mimada de la familia Hernández, pero con esta actitud tan vicioso, parecía

como si fuera la matona de alguna familia poca.

-Yo, yo no robé nada…-La camarera bajó la cabeza tímidamente, tartamudeando con miedo.

-¿Aún te atreves a excusar?!–

Leona pinchó con fuerza sus uñas rojas y afiladas en la cara de la camarera, si no fuera por el

gerente que la detuvo, le habría dejado ciega. ¡Mi collar estaba en el lavabo, ¿acaso puede crecer

piernas y salir corriendo?!

-Es cierto que… yo estuve limpiando la habitación, pero no fui la única en la habitación… – La

pero se negó

estás sospechando de

enfureció.

cuando todos aquí tenemos estatus y

sin educación, se atrevería

señora Beltrán se

la familia Pérez sería maravilloso, pero el servicio es una mierda.

los hoteles de la familia Hernández. ¿Será que están dirigiendo un negocio

se cruzó de brazos

del gerente ya

siempre atraía a clientes de alta calidad, pero nunca había visto

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difamar la reputación de hotel KS y atacar

era agradable como el viento

al unísono, se volvió

que capturó su

con una expresión imperturbable, sus tacones altos parecían fusionarse

una presencia imponente y una velocidad

amigas de Leona quedaron atónitas por su

aquí?!– Leona se sorprendió y la miró

traje de alta costura, los zapatos de marca y los pendientes de zafiros deslumbrantes

claramente su estatus extraordinario.

multitud se sorprendió en secreto, preguntándose de qué familia era esta señora

realmente hermosa.

amigas parecieran vulgar y desagradable, como

ese momento, Aljandro y César entraron en el vestíbulo del

que había estado

de repente, el pecho del hombre tembló ligeramente y una expresión de alegría

surgió en sus

por la figura encantadora y no pudo

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