Capítulo100

-Señor Hernández, es que no tienes fortuna.

Alejandro se quedó aturdido y de repente apareció la imagen de los grandes ojos claros de Irene,

llenos de inocencia y un poco de tristeza. Sabía que ese cuidado no existiría en el futuro, y si dijera

que no estaba decepcionado, estaría mintiendo.

-Irene no es mi fortuna, ella es mi desgracia.

Con una mirada sombría, Alejandro regresó a su habitación y vio una caja en la mesa. Reconoció la

caja de la tienda de sastres y pensó que la ropa debía haber sido reparada, así que abrió la caja

rápidamente. Dentro de la caja estaba el traje de alta calidad, con una renovación en el interior y

casi sin costuras en la superficie, realmente era una buena artesanía. Alejandro sonrió satisfecho

y se le extendió una sonrisa por la comisura de sus ojos y cejas.

-Todavía tienes a la señorita Isabel en corazón, ¿verdad? -Alba preguntó felizmente al ver que

estaba tan absorto mirando la ropa.

-La ropa está bien, después de todo, ha sido un gran esfuerzo, no lo desperdiciemos–Alejandro

respondió fríamente mientras frotaba con su dedo la solapa recta y plana.

-La señorita Isabel ha gastado mucho más esfuerzo en ti, señor–Alba suspiró con tristeza.

-Sígueme.

Ambos fueron a la habitación donde Irene solía vivir. Alba abrió la puerta del armario en la

esquina.

-Señor, mira.

En el armario, desde la parte superior hasta el techo, había cajas de diferentes tamaños y colores

colocadas en estantes ordenados.

Alejandro se quedó boquiabierto. -¿Esto es?

todos los regalos que la señorita le ha preparado durante estos

lo hubieran golpeado con un rayo, sus

de San

que aquí hay un regalo para celebrar su primer encuentro. Incluso

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que

imagen de los grandes ojos claros de Irene, llenos de inocencia y un poco de tristeza. Sabía que ese cuidado no existiría en el futuro, y si

no estaba decepcionado,

mi fortuna, ella

su habitación y vio una caja en la mesa. Reconoció

debía haber sido reparada, así que abrió la caja rápidamente. Dentro de la caja estaba el traje de alta calidad, con una renovación en

le extendió una sonrisa por la comisura de sus ojos y

señorita Isabel en corazón,

absorto

ha

su dedo la

ha gastado mucho más esfuerzo en

-Sígueme.

solía vivir. Alba

esquina.

-Señor, mira.

hasta el techo, había cajas de

colocadas en estantes ordenados.

quedó

regalos que la señorita le ha

si lo hubieran golpeado con

de cumpleaños, de San Valentin, de aniversario de bodas… La señorita incluso dijo que aquí hay

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usted no presta atención a estos detalles, ella sigue insistiendo en prepararlos, como si quisiera justificarse

sintiendo una sensación de opresión y pesadez

el pecho.

sentimientos tiene la señorita

ama hasta los huesos. No me digas que

resaltar las cualidades de la señorita Isabel.

de la señorita Isabel -dijo

expresión arrogante de Beatriz.

Hernández, soy una sirvienta, pero no soy ignorante. Escuché que la cadena que le dio

apareció en una subasta. ¿Fue vendida por la familia Sánchez? ¿Se

costó hacer esa cadena? ¿Y

por favor, dejemos ese tema – Alejandro habló solemnemente

Isabel esa cadena? ¿Sabe que cuando supo que

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