Capítulo125

Alejandro vio cómo el hombre frente a él se movía como una sombra y rápidamente se abalanzó

sobre él. Juan estaba claramente decidido a golpearlo, cada golpe era sólido y poderoso, su puño se

movía como un rayo.

Alejandro frunció el ceño con ferocidad y su imponente figura se movió rápidamente, apenas

evitando dos golpes.

-Tienes un buen estado físico -dijo Juan entrecerrando los ojos con un tono burlón.

Alejandro tenía los ojos brillantes como estrellas y respiraba agitadamente. Habían pasado

muchos años desde su retiro y, aunque siempre se ejercitaba y entrenaba boxeo, había pasado

mucho tiempo desde que peleaba con alguien.

Todo lo que tenía era su sólido entrenamiento básico y la memoria muscular.

Después de intercambiar algunos golpes, Alejandro de repente se dio cuenta de que estaba

familiarizado con los movimientos de su oponente. Había rastros de las técnicas de combate

cuerpo a cuerpo que habían aprendido juntos en la academia militar.

¿Quién era este hombre?

Mientras Alejandro estaba distraído, Juan le dio una patada en el estómago. Sintió un intenso

dolor, pero no cayó, solo dio dos pasos hacia atrás tambaleándose.

¡Era realmente resistente!

-Alejandro -César gritó asombrado al presenciar la escena, corrió jadeante hacia él y lo apoyo, -¿

Estás bien?

el dolor

te atreves a golpear a Alejandro! ¡Te enfrentaré! -César, con

sin importarle nada

Alejandro trató de detenerlo, pero ya era

ni de cerca comparable a un luchador experto, solo

buscando la muerte!

árbol, no sabes tus

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esperar, el puño de César no llegó a tocar

acto por un potente

carmesi al

eres?!

se conocían. Habian asistido a la misma academia militar, eran personas influyentes, pero aparte del

contacto personal

importante para mí, no hay problema en decirtelo -dijo Juan mientras cruzaba sus largas piernas y se acercaba a

Sonrió de manera ambigua y

que ocupa mi corazón

pupilas de Alejandro se contrajeron intensamente y sus diez dedos se apretaron

duros

-¡Vas a morir!

de todo el cuerpo de Alejandro

feroz y ardiente feromona masculina Al siguiente segundo, se

los dos hombres se enfrentaron

darse cuenta de que, a pesar

no había disminuido. A pesar de

mover los brazos, pero aún así

podía subestimar en absoluto

un elegante delincuente de traje en una película, saliendo a la

rondas, Alejandro comenzó a

sus extremidades, lo mareaba y era un milagro

ahora.

al suelo, y Alejandro sintió un dolor

espalda

a punto

frustración. En ese momento, otro hombre irrumpió

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a tocar a uno de los hermanos de Rodrigo en la Ciudad de México? ¿Quién te

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