Capítulo150

¿Qué?, Clara le hizo un guiño a Celeste con fuerza, pero ella ni siquiera la miró. Celeste estaba

enfocada en Alejandro como una madame mirando a una joven. Solo era un patán, pensó Clara en

silencio.

-Gracias- dijo Alejandro aliviado, pero Celeste continuó: -Puede quedarse, pero esta señorita

Sánchez debe irse.

Beatriz estaba aturdida y enfurecida: -¿Por qué tengo que irme? ¡Soy la prometida del señor

Hernández!

Los invitados a su alrededor se estremecieron ante su fuerte voz y la miraron en desprecio.

-Tsk, tsk–negó con la cabeza Celeste–si no lo hubieras dicho, no habría imaginado que eras su

prometida.

-Beatriz estaba furiosa

gusto en la ropa, lo que se ajusta a nuestro ambiente aquí hoy -dijo Celeste, luego observó a Beatriz–La ropa que lleva puesta es

mano a la frente,

suya es muy buena en muchas cosas, ¡pero cuando ve a

pensar con claridad!

teníamos malas intenciones. Lo que ha dicho es demasiado

Hernández, su prometida se burló de mi maestra delante de tanta

mi buena voluntad, ¡ya la habría echado

y ya no

volvió tenso y

de que ella sabía todo lo que había sucedido

ella

ese momento, Clara sintió una corriente cálida en su

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estaba sin palabras y sudando frío en la

hombre.

ahora estaba

cara de Alejandro estaba tan rígida que parecía a punto

-Celeste, déjala estar.

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