Capítulo219

Fuera de Villa Hermosa, Alejandro estaba solo de pie junto a su Ferrari negro, con una postura

recta y elegante como un bambú, exquisito y refinado. En un momento de espera, miró el elegante letrero y entrecerró sus ojos color melocoton. Durante estos días, no había dejado de investigar y

conocer más sobre los Pérez.

Este lugar fue adquirido por Julio para su esposa, es decir, la madre de Clara. Una mansión de lujo en un jardín de bosque de tan alto nivel, única en todo el país, con un valor incalculable.

Mientras Alejandro estaba absorto en sus pensamientos, la puerta principal crujía y se abría lentamente. Al escuchar el sonido, volvió rápidamente la mirada, tensando sus amplios hombros.

Clara, cubriendo la brillante luz del sol con su palma, estaba de pie en el escalón, mirando a Alejandro Sorprendentemente, el hombre no llevaba un traje hoy, en su lugar vestía pantalones de vestir color beige y una chaqueta deportiva de un suave tono azul. Limpio, animado y distinguido,

parecía una belleza escultural, como una brisa fresca en una noche clara.

Clara nunca había visto a Alejandro vestido así antes. Por lo general, él estaba elegantemente

arreglado, serio y meticuloso. Hoy, Clara tenía la sensación de que Alejandro estaba un poco

extraño.

Es cierto que era muy guapo, pero lamentablemente, su corazón era muy malo.

a él, y debido a la prisa, todavía llevaba sus pantuflas en

una inexplicable y atractiva

gente.

en sus pies, sintiendo una calidez

¿Es que nunca has visto pantuflas?-Clara se

los dedos de los pies escondidos en las pantuflas y no le dio

usas tacones altos,

creo que tus ojos tienen problemas–Clara sonrió

frente a ti todos

visto. Sé que prácticamente no existo en tus ojos, y ahora que

que me vuelvas a

de Alejandro parecia detenerse y

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+15 BONOS

Si, lo recordó

que volvia a casa, la primera persona que se le acercaba era ella. En ese momento, ella se acercaba corriendo con pasitos alegres, con un delantal atado y una cuchara en la mano. Su rostro blanco y delicado siempre estaba lleno de

servicial

pero ahora

con voz firme,

hablar aqui mismo–resistió Clara con ceño

que hablemos adentro?-Alejandro presionó suavemente su

acercándose a ella.

¡no te pases de la

terminar de hablar, Alejandro extendió su largo brazo y la metió directamente en el coche

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