apítulo231

En plena noche, y en una pequeña y bulliciosa taberna.

Beatriz se sentó en un rincón vistiendo un discreto atuendo deportivo negro. Todas las mujeres alli estaban vestidas con escotes y maquillaje llamativo, lo que hacía que ella se sintiera

completamente fuera de lugar, como una intrusa.

No sabía cuánto tiempo había esperado, cuando de repente, un intenso hálito a alcohol se

aproximó a ella.

Beatriz levantó bruscamente la vista y vio a un hombre familiar sentándose cerca. El olor de esa

colonia era insoportablemente penetrante.

Ashley, sigues igual de hermosa como antes. Realmente…estas igual de mamasota. – el hombre

le sonrió de manera ambigua.

Beatriz se apartó hacia un lado, sintiendo escalofríos en su piel por ese cumplido tan inoportuno.

En el pasado, ella pasaba todos los días con él en los Estados Unidos, disfrutando de sus palabras

dulces y acariciando sus músculos fuertes.

Pero ahora, al ver este rostro, sólo sentía repulsión y asco. ¿Cómo pudo haber estado tan desesperada para fijarse en alguien tan vulgar?

De veras, ¿cómo podría siquiera un mínimo compararse con el simpático Alex?

– ¿Cuándo regresaste al país? ¿Y qué haces por aquí? – preguntó Beatriz en voz baja y fría.

Vine a buscarte. Recuerda que contigo

con una sonrisa maliciosa mientras se acercaba a ella: – Ah, y la próxima vez que nos encontremos, asegúrate de traerte una faldita un poco

dientes y preguntó: – ¿Qué

un momento y luego sonrió:

quedamos todo

te di una suma de dinero como compensación.

voz de Beatriz sonaba

ganancias y pérdidas. El

1/3

las noticias.

+15 BONOS

deseas tener una boda perfecta, podrías cumplir con esta pequeña solicitud mía,

verdad?

claro

Beatriz, una bomba explotó de rabia y dijo con odio: – Incluso si le revelas nuestro pasado a mi prometido, ¿qué importa ya? Él me ama profundamente… Nunca le importará

pasado.

tenido algunos novios antes? ¡No pienses que puedes amenazarme con algo

razón, pero dudo que un hombre normal pueda aceptar que su prometida haya tenido un hijo con otro hombre, y, además, antes del matrimonio y se lo

tomaba la copa de vino y bebía

te atreves a

escalofríos al recordar a la bebé. Todo su cuerpo se estremeció de rabia y su furia estaba a punto de estallar: —¡Todo es por tu

haberla dado a

hombro tembloroso: – La niña es el fruto de nuestro amor. Su existencia prueba que alguna vez nos amamos. Si

la oportunidad de volver a

con una expresión rígida

el hombre exigió con una

es tan próspera como antes,

tú no lo tengas, pero el Señor Hernández

alguien como él, un

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255