Capítulo244

Rodrigo y Alejandro se encontraron en un lujoso bar recién abierto. En la sala VIP, Rodrigo el joven rico, pidió una mesa llena de bebidas de lujo y agarrando una botella de alcohol, cantó a todo

pulmón la canción triste más popular del momento.

Alejandro estaba sentado en un sofá de rojo terciopelo, sosteniendo con una mano su vaso de

güísqui, con una actitud noble y arrogante, como si estuviera sentado en un trono. 2

Las luces parpadeaban, y aunque él se escondía en la oscuridad, todavía tenía una presencia fuerte

que no podía ser ignorada.

-¡Morir de amor, incluso si duele hasta lo más profundo! -Rodrigo gritó, haciendo que la cara de

Alejandro se pusiera negra como la noche, y casi aplastó el vaso con la mano.

¡Qué cercana debe ser su relación para que él esté sentado aquí escuchando esa voz tan

desagradable!

Rodrigo terminó de cantar a todo pulmón, y Alejandro tomó un trago de su güisqui con la cara

rígida. 1

-Hermano–Rodrigo se acercó con los ojos entrecerrados y se sentó a su lado, extendiendo un largo

brazo para intentar abrazarlo.

suena casi como

se movió hacia un lado de repente, haciendo que

sofá.

bien. Cantaste tan bien que parecía que cien burros estaban cantando en

frialdad.

no sabes cómo hablar–Rodrigo recordó cómo Clara lo

luego pensó en sus palabras despiadadas y la ccachetada que

hacían sentirse enfermo y triste, -Afortunadamente, Clara

debe ser

ceja y lo miró fríamente, -¿No estás

dos no están

atragantó: ¡Maldición! Siempre

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excuñada es la mujer más especial que he conocido

realmente no la merezco. No puedo conquistarla -Rodrigo tomó

la ayuda de su bebida, dejó

dos se hayan conocido hace quinientos años y hayan vuelto

qué ella estaría dispuesta a soportar tal humillación

  1. ti.

la villa mar, cuando tuvo la oportunidad,

para hacerle algunas

había convertido en una preocupación constante

de ella en la fiesta de cumpleaños de su

sola noche. Con la garganta seca, Alejandro

Rodrigo

admito que solía ser un mujeriego y he hecho muchas cosas vergonzosas,

hablando en serio sobre Clara. Sila hubiera

ti, ¡porque estaría en peligro! La mirada de Alejandro se volvió

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