Capítulo288

En el Hotel Hernández, alguien estaba disfrutando del momento especial rodeado de admiradores.

Mientras tanto, Clara estaba conduciendo, sintiendo la brisa fresca de la noche mientras apreciaba

la panorámica de la Bahía de Luna.

En el interior del automóvil sonaba la canción “El Fuego de la Venganza Arde en Mi Corazón“.

Mientras conducía, ella cantaba acompañando nota por nota.

En ese momento, Javier llamó por teléfono.

-Javier–Clara lo llamó de manera coqueta y dulce.

-¡Ay, ay! estoy tan relajado. Quiero grabarlo y enviárselo a Sebastián para que lo escuche y se

ponga celoso, que sus ojos estén en llamas de envidia, ¡ja, ja! -Javier tenía un tono de voz alegre y

animado, la felicidad de un hombre puede ser tan simple.

-Javier, me llamaste. ¿Parece que todo está en orden? -preguntó Clara.

-Si, todo está en orden. Diego también ha hecho los arreglos necesarios. 1

El tono de Javier estaba lleno de orgullo. -Diego y yo nos estamos ocupando de todo, no te

preocupes.

-Estoy camino a visitar al abuelo. Dicen que esta noche todos los empleados de la familia

Hernández están asistiendo al banquete de cumpleaños de Beatriz, excepto el abuelo.

Supe que en realidad le gusta la diversión, generalmente no lo dice para no causar problemas a los

en realidad teme la soledad. El abuelo me trata con tanto

lado

de Clara se volvieron suaves y cálidos, no

triste por él.

todavía era la esposa de Alejandro, siempre acompañaba

cantándole ópera. También solían dar paseos

playa juntos.

año en el que hubo una gran nevada en la Ciudad de México el

y llegó a la casa de su abuelo en medio de la

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claramente cómo el abuelo se sorprendió al

por el frío.

San Valentin! ¿Por qué no estás con Alejandro? ¿Por qué viniste a ver

viejo?

estaba tratando de encontrar

y forzando una

siempre ocupado. No tiene

en San Valentín, ¡ni hablar

me da un regalo! Tiene buena intención, está

Debes ser más fuerte, ¡de

ese

temperamento similar al de Alex. Luego, ya sea que tu

cambiar. Mira, ahora

simplemente se río

la nieve por un

-¿Tienes frio, niña?

-¡No!

a

abuelo revelaron un profundo afecto que Clara había anhelado

la nieve para tu

-¡Abuelo, ya estoy aquí!

y melodiosa de Clara resonó por

entró por la puerta.

-¡Cuñada!

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