Capítulo297

El séptimo hijo de la familia Pérez, Victor Pérez, el hijo menor de la familia, desde joven se

propuso convertirse en un policia que castigara el mal y promoviera el bien. Ahora había realizado

su sueño y se había convertido en el jefe del primer equipo de investigación criminal en la ciudad

de México.

-¡Exacto! ¡Vamos por él, denle su merecido como un recado de mí parte!

Las emociones de Javier también fueron despertadas por Victor, y golpeó la ventana del coche con

un golpe sordo. -¿Cómo investigador criminal no puedes usar algunos medios especiales durante

el interrogatorio? Nosotros, los fiscales, no tenemos ese poder. ¡No pierdas esta oportunidad de

ayudar a Clara a desahogar su ira!

Diego escuchaba a un lado, sintiéndose tanto divertido como impotente.

Los hijos de la familia Pérez eran diferente, la hija era preciosas y noble, con una belleza

extraordinaria. Pero los hijos parecían haber salido de una burda organización criminal, llenos de

hostilidad y altanería, como si ya hubiesen vivido de antes en la calle. Los jóvenes eran muy

unidos.

La persona a la que apuntaban solo tenía dos opciones: ¡un callejón sin salida o uno bloqueado!

ir al hospital a acompañar a su abuelo,

en seguirlo para visitar también

giro elegante y se detuvo en la entrada. Alejandro olvidó

corrió hacia

el único en la familia Hernández que realmente

amaba como un pariente.

-Abuelo, abuelo…

garganta ronca murmurando una

pasillo, vio a Clara abrazando a Noa, que estaba dormido,

una escena pacífica, tan hermosa como una delicada

la niña en sus brazos,

luz sagrada y deslumbrante por todo

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pequeño cuerpo parecia contener una fuente

ángel redentor

una sensación de culpa y amargura surgió por la cavidad nasal de

a Dios, gracias a Dios

los pasos, Clara levantó sus párpados y se encontró con la

confusión, haciendo que sus brillantes ojos mostraran un rastro

temblar su

hacia él se volvió fría y

la Srta. Sánchez? ¿El Sr. Hernández dejó

puedes manejarlo

Alejandro sintió

hacia ella, sus ojos enrojecidos llenos de

fríamente bajó las pestañas, deseando poder resistir a Alejandro a la distancia.

está cuidando de él adentro. Quédate afuera

anciano descanse bien.

con sus emociones, su voz

por quién? ¿A caso te estás

labios carmesies de Clara se curvaron irónicamente como la luna fría–Alejandro,

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