Capítulo372

-Aarón se apartó un poco, permitiendo que Alejandro entrara-Su actitud reflejaba su

descontento hacia Alejandro.

-Gracias-respondió Alejandro, aunque el disgusto de Aarón hacia él era evidente.

Aarón mostró abiertamente su rechazo hacia Alejandro, con una ligera sonrisa en sus labios. -De

nada. La señorita te permitió entrar a propósito. Si fuera por mí, probablemente ya te habría

echado a golpes.

Después de decir esto, empujó la puerta de la cocina y se marchó.

Alejandro suspiró aliviado y entró con grandes zancadas.

La cocina de repostería de Hotel KS era impresionantemente limpia, como una fábrica de

alimentos estéril, donde el acero inoxidable y el blanco puro se entrelazaban.

Este lugar era excepcionalmente tranquilo, lo único que Alejandro podía escuchar era su propia

respiración y el latido de su corazón, sonidos que resonaban nítidamente.

En una esquina, vio una figura elegante parada junto a una mesa de acero inoxidable. La mesa era

ancha y grande, en contraste con su figura delgada, resaltando su pequeñez.

Clara, una vez más hoy, lo hacía sentirse emocionado.

Vestia un uniforme de chef blanco puro, su cabello estaba cubierto por un gorro de chef, y una

de plástico transparente cubría su boca y nariz. Sin

concentración y confianza.

y rosada, mientras que la otra empuñaba unas tijeras, concentrada en esculpir la

en su tarea

ojos de Alejandro estaban llenos de admiración, como si estuviera disfrutando

pintura.

repente, recordó las palabras que Alba

el chef principal. ¡ Son hechos personalmente para usted

Para hacerlos, pasó todo

quejó

Alejandro temblaron ligeramente,

Clara en la cocina. Así que, durante estos tres años,

estado viviendo de esta

su amor y esfuerzo, pero él nunca lo había valorado, nunca lo había

cejas elegantes de Clara se fruncieron mientras

Esto era un Sueños Azucarados que Ada Gutiérrez quería

que su madre lo

era extremadamente alta. Clara

completar solo cuatro de

terminé-murmuró Clara para sí misma, mirando el quinto postre en su

aliviada y pasó la manga de su uniforme por su frente, limpiando

un

vista lentamente. Sus pupilas se dilataron, llena

y finalmente exclamó: -¡Alejandro! ¿Qué

calma, y sus labios delgados se

postres en el

para comer? ¡Escupe los postres que hice! –

se enrojecieron, casi saltando

si no hubiera oído, el hombre incluso dio otro

disfrutando el sabor.

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255