Capítulo400

Rodrigo condujo a Noa a otra sala privada. Dentro de la sala, las hermosas mujeres estaban acompañando a riquillos, todos amigos de Rodrigo en la ciudad de México.

Al ver a aquellos hombres y mujeres desconocidos abrazándose y acariciándose, Noa se ruborizó

intensamente como una cereza madura y bajó la cabeza, sintiéndose extremadamente

avergonzada. Casi parecía que Rodrigo la había arrastrado hasta allí. Tan pronto como Rodrigo la

introdujo, los riquillos comenzaron a silbar y hacer ruido.

-¡Ay, cuñada! ¡Cuñada, tan joven y ya has conquistado a nuestro hermano Rodrigo, que fenomenal!

Noa se sintió confundida y su rostro se volvió primero rojo y luego pálido.

-No digan tonterías, ella es…

Justo cuando Rodrigo estaba a punto de presentar a Noa como la hija de la familia Hernández, recordó las palabras de Alejandro y cambió rápidamente de opinión.

-Ella es mi hermana, ¡dejen de hacer bromas tontas!

-Hermano, el osito de peluche de la cuñada debe de ser muy caro. ¡Cubrir todos los gastos de ACE durante un año no es para nada económico! ¿No sería mucho dinero? ¿Todo eso por solo un pinche oso de peluche? ¡Con ese dinero podrías comprar una tonelada! Ellos no cambiaron su forma de

hablar.

pero no trataba a ninguna de ellas de la misma manera. Su relación con

especial. ¿Acaso es difícil de entender eso? -Rodrigo rodó los ojos y sintió que estos ricos

de mi

destrozado al final, amar a una mujer tan sobresaliente como ella fue un honor para él. Incluso en la muerte, pediría que fuese

-¡Ah! -exclamó. -¡No, no puedes enamorarte de mi cuñada! Ella es de mi hermano, ¡nadie puede

-Yo…

Si te llevas a la mujer de mi segundo hermano, ¿ sabes cuánto sufrirá? Si traicionas a mi hermano, ¡no volveré a

pensar en ninguna forma de amenazar a ese

infantil y ridículo.

la sala,

se giraron hacia adentro y tímidamente

risas y lágrimas. Era evidente que

de sonreír y miró fríamente

si hubieran presionado el botón de pausa, nadie

más de “la

el cabello de la niña. Sus ojos se entrecerraron. – Lo sé, estás defendiendo a tu hermano. Si no lo supieran, pensarían que estás

-Noa preguntó seriamente. Rodrigo no supo

ese momento.

Noa y él realmente no eran de este mundo. Pero ella logró captar su

un lado a otro como pollos sin cabeza y caballos desbocados. La puerta de cristal de un solo lado se abrió en la sala privada, y afuera había

Noa estaba parada sola en la terraza, agarrando el pasamanos con las manos nerviosas,

momento, una mujer gritó y

¿Dónde lo encontraste? -¡En el tanque de agua del baño

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