Capítulo705

Clara tocó la puerta y entró.

-Esteban.

-Clara, ¿por qué tienes las mejillas tan rojas? ¿Te sientes mal? – Esteban notó sus mejillas sonrojadas y preguntó con gran preocupación. -No pasa nada, no se preocupe señor director.

Clara maldijo en silencio a Alejandro, respiró profundamente y se tocó las mejillas ardientes. -¿ Los resultados de la tomografía computarizada de la cabeza de Alejandro ya están listos?

-Si.

Esteban sacó las imágenes seriamente de un cajón y se las entregó a Clara.

Clara las tomó, y las examinó detenidamente a la luz. De repente, frunció el ceño y sintió un peso en su corazón.

-Clara, ¿también te diste cuenta de lo que está mal? – Esteban parecía más tenso. -Tu cirugía fue un gran éxito. Puedo decir que, aparte de ti, no hay más de tres personas en el país que puedan realizar este tipo de cirugía.

-¿Éxito? ¿Crees que tuve éxito? Me puedes decir éxito, después de ver esto.

Clara sintió un fuerte golpe en el pecho y dejó caer la mano temblorosa que sostenía las imágenes de la tomografía. Las imágenes produjeron un ruido sordo mientras chocaban con la mesa. -Desde mi perspectiva, dejar a un paciente con secuelas es un fracaso total.

soportar casi cualquier cosa, excepto el amargo sabor del fracaso. Y, lo

sintiendo un dolor punzante en

de dejar secuelas. No debes culparte a ti misma. El simple hecho

lo que no pudo

susurró, apretando los puños con frustración. ¿Hay alguna manera de tratar sus

usar medicamentos similares a sedantes para controlarlas, no hay un método mejor. Si el paciente mantiene la calma y la estabilidad emocional, puede prevenir futuros episodios, de ansiedad, siguiendo al pie de la letra, la medicación

razón por la que se calmó después

Clara se volvieron a

Medianoche, club Atemporal.

estilo europeo, dos hermosas

vino a Pol, simplemente sentándose y compartiendo la bebida

el club Atemporal, y Pol

no debían acercarse demasiado

tenues, Pol estaba sentado perezosamente en el sofá, con

atrás. Su largo cuello formaba una

casi irrespirable, como una obra de arte de

de las mujeres no pudo evitar mirarlo fijamente y, sin darse cuenta, unas gotas

sobre la impecable punta de los zapatos de Pol, que no

– la mujer palideció de miedo y se levantó

disculparse.

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