Capítulo 750

Alejandro dio un paso adelante con los ojos enrojecidos, a punto de derramar una lágrima, su

respiración ardiente y temblorosa se tornó fría y desoladora al lado de Clara, extendiendo la mano

para abrazarla.

-¡No me toques!

Clara se convirtió repentinamente en un erizo espinado, retrocedió un paso y, en su desesperación, arrojó el helado que tenía en la mano directamente sobre el pecho del hombre.

-¡Clara! ¡Lo que dije es verdad! ¡Porque no me crees!

Los brazos de Alejandro se quedaron inmóviles en el aire, quería acercarse a ella, pero temía que lo odiara, estaba tan angustiado que podría en ese momento enloquecer. -Te he llamado esta noche, muchas veces, ¡y no contestaste! Pensé que te había pasado algo, estuve muy preocupado por ti

toda la noche.

Clara se sorprendió en silencio.

¿Bastantes llamadas? ¿Cuándo fue eso?

¿Estaba inventando cosas? ¡No había recibido ni una sola llamada de él! ¡Maldito mentiroso, ni

siquiera se tomó la molestia de planear bien sus mentiras!

-Luego recibi algunas fotos enviadas desde un número de teléfono anónimo, en las fotos estabas abrazada por un hombre desconocido y ambos entraban juntos en un hotel. Tenía miedo de que estuvieras en peligro, por eso me apresuré a ir al hotel a buscarte. ¡Luego ocurrió esa escena en la que los periodistas nos rodearon!

vas a inventar una excusa, al menos haz que sea un poco más creíble. Si hubiera sabido que dirías estas tonterías sin

a verte en absoluto.

-¡Tengo pruebas!

apretó los dientes y, con manos temblorosas por el frío, sacó el teléfono

de Clara se aceleró, sus labios de cereza se

estaba dando

respecto.

fotos que recibi, mira, ¿acaso la persona en estas fotos no

ampliamente, fijos en la pantalla del teléfono, verificando una y otra vez

enviado como mensaje de

la pantalla, pero no podía encontrar las fotos que servirian

estaba diciendo.

¡Habían desaparecido!

¿Realmente habían desaparecido?

sus labios y sonrió, pero no había ni rastro de alegría en

momento por completo. -Alejandro, si no tienes buenas razones ni excusas bien

antes y tampoco lo quiero

a su lado, Alejandro sintió un escalofrío que le recorrió todo

en un pozo de hielo

te vayas! ¿Por favor, necesito que

a punto de extender la mano para retenerla cuando

y vio a Pol a pocos pasos de distancia, vestido con una bata de paciente y solo cubierto con un abrigo de

escapaste del hospital? ¿No te das cuenta de que todavía estás herido,

delicado?

corrió apresuradamente hacia Pol, con resentimiento en sus

supiste que

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