Mi Frío Exmarido

Capítulo 64

Capítulo 64

Amelia fue despertada por la alarma de su celular

Tenía clase a las cuatro y media de la tarde, asi que había programado la alarma especialmente.

Al despertarell

no vio a Dorian en la habitación, pero encontró una nota que él había dejado en la puerta, escrita con un marcador negro:

“Tengo que resolver un asunto en la empresa, estoy en el edificio de al lado, llámame cuando despiertes.”

Amelia extendió la mano y arrancó la nota de la puerta.

La letra de Dorian era hermosa, una caligrafía impecable, firme y poderosa, con un toque de despreocupación y elegancia, como si fuera impresa, un placer a la vista.

Amelia siempre habia estado impresionada con la letra de Dorian desde que eran estudiantes, sintiéndose envidiosa y rendida ante ese estilo que ella no podia imitar, esa elegancia y fuerza distintiva.

Algunas personas destacan hasta en los detalles más pequeños.

Hacia tiempo que Amelia no veia la letra de Dorian y al volver a encontrarla, seguía siendo tan agradable como

siempre.

Observó la nota detenidamente por un momento, luego la guardó y echó un vistazo alrededor de la habitación, confirmando que Dorian no estaba.

más de una

ella estaba en casa, Dorian raramente salía y si lo

no la dejaría sola en

aspecto, Dorian era

clase esa tarde, últimamente se sentía más somnolienta y se habia dormido

y, sin verlo, asumió que aún no

que decidió no llamarlo. Instintivamente pensó en mandarle un mensaje por WhatsApp, pero al sacar

el reverso: “Tengo clase esta tarde, me iré a la

puerta de su habitación, se preparó rápidamente

presidencial más tranquila y apartada, por lo que había un pequeño trecho desde su habitación hasta el

baja y había menos gente. Llegó al elevador sin prestar mucha atención y justo cuando iba a pulsar

envergadura. Aunque logró esquivar a tiempo, su pie

grave del hombre

vergüenza y al levantar la vista, sintió esa

igualmente sorprendido, su mirada se posó en su rostro con una expresión ligeramente aturdida y terde en

Capitulo 64

ascensor de al lado cuando los vio, mirándose fijamente, con la palma de Lorenzo aun sujetando inconscientemente el brazo de Amelia, ambos con la misma expresión de desconcierto y perplejidad en sus

sus ojos fijos el uno al otro hasta la mano de Lorenzo en el

en sí al mismo tiempo y

que Lorenzo todavía sostenía su brazo

se percató de que aún tenía la mano sobre el brazo de la chica

que debería disculparse soy yo. Lo siento, no

más en el ascensor.”

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