Mi Frío Exmarido

Capítulo 66

Cuando Amandita desapareció, aquella pulsera también se esfumó sin dejar rastro.

Lorenzo jamás pensó que volvería a ver esa horrorosa mezcla de cuentas en su vida, pero ahí estaba, después de tantos años, justo frente a sus ojos.

La Imagen de la pequeña levantando la pulsera con orgullo regresó a su mente y Lorenzo sintió algo atorado en su garganta. Desvió la mirada y sin darse cuenta, sus dedos comenzaron a acariciar las cuentas marcadas con las letras, mientras su vista se dirigia hacia Fabiana.

Ella no tenía mucho del aspecto infantil de Amanda y lo miraba con una extrañeza y aprehensión que no podia disimular. Pero la edad, era la misma que tendría su hermana.

No pasó por alto lo que ella habia dicho antes: “Aunque fuera tu hermana, no me iria contigo. Estoy muy bien donde estoy, mis papás y mi hermano me quieren mucho”.

“¿Te adoptaron?”, preguntó Lorenzo.

La chica asintió con decisión: “Si, mis papás me encontraron y decidieron quedarse conmigo.”

Lorenzo pregunto: “¿Cuándo te encontraron?”

Fabiana frunció el ceño: ¿Qué importa? De todas formas, no me iré contigo.”

Luego avanzó y trató de arrebatarle la pulsera que él sostenía: “Devuélveme eso, tengo que ir a la universidad.”

Lorenzo soltó la pieza.

Ella recuperó su pulsera y lo ocultó detrás de ella como si fuera un tesoro, mirándolo con cautela, como si temiera que él pudiera hacer algo brusco.

La mirada aprehensiva de Fabiana le arrancó una sonrisa. Miró su reloj y le dijo: “Parece que tu taxi ya se fue. Te llevo a

la universidad.”

Dicho eso, presionó el botón para llamar al ascensor.

“No hace

ascensor se abrían,

la siguió y presionó el botón para la planta

cautelosa de nuevo: “¿Qué estás tratando de hacer? Ya te lo dije, incluso si fuera tu hermana, no me iré contigo. Estoy bien donde estoy. Te

olvides de esa idea.

padres. Si se enteran de que mi familia biológica me

sus padres le recordó a Lorenzo a la pequeña Amanda, que

Dorian.

la desconfianza

si es posible, me gustaría que cooperaras con una

pensar, “Qué se preocupe por su nieta no es mi problema, ya ni me

Lorenzo frunció el ceño.

no quiero encontrar a mis padres. biológicos. Mis padres actuales son los únicos para mi, ellos son buenos

y Fablana salió corriendo como si

cómo se alejaba desesperadamente y

se montó rápidamente al vehiculo. Mientras el coche arrancaba, no olvidó sacar la cabeza por la ventana para gritarle a Lorenzo: “Deja de

el taxi y sin

Dorian conducia en silencio

en el asiento del copiloto, con una expresión serena y tranquila,

voz suave: “El hombre de antes se llama Lorenzo,

“de acuerdo” en

se volteó hacia Dorian: “La genética en

cabeza para mirarla, esbozando una sonrisa:

en respuesta,

habia olvidado la sorpresa en los ojos de Amelia cuando Lorenzo le preguntó si ella era

edades similares y ella siempre llevaba esa pulsera,

relación