Mi Frío Exmarido

Capítulo 84

Capítulo 84

“Señor Ferrer, ya son las doce,” le dijo con cierta inquietud.

Dorian asintió con un simple “de acuerdo”.

Yael no pudo evitar echarle un vistazo a Dorian, quien dirigió su mirada hacia la ventana, con su habitual serenidad en el rostro. Sin embargo, su asistente tenía la sensación de que algo faltaba en comparación con su actitud antes de su viaje al extranjero.

Antes, la tranquilidad de Dorian era como la de un río que fluía hacia el mar, una serenidad que viene con los años, aunque parecia distante como un ermitaño en las montañas, solo le faltaba un poco de las pasiones mundanas. Ahora, esa calma parecia una quietud sin vida.

Yael no sabia qué habia sucedido en Zurich y tampoco se atrevía a preguntar. Con tacto le sugirió: “Señor Ferrer, no hay prisa con el trabajo, la empresa está funcionando bien. Después de un vuelo tan largo, debería descansar y recuperarse del jet lag.

Η

Pero su consejo preocupado solo obtuvo una respuesta serena de Dorian: “No es necesario.”

Sin querer insistir, continuó manejando en silencio, preocupado, echando de vez en cuando una mirada al espejo

retrovisor

Dorian seguia sentado tranquilamente en el asiento trasero, con los brazos cruzados y la cabeza ligeramente inclinada

hacia la ventana del coche.

La ventana trasera estaba abierta de par en par y el viento fresco de la noche soplaba desordenando su cabello, pero Dorian permanecia inmóvil, observando tranquilamente el flujo de tráfico.

A esa hora, la carretera estaba casi vacía y los carteles publicitarios y los rascacielos poco a poco apagaban sus luces, era un momento de calma y no el más adecuado para seguir trabajando.

Yael sabía que no debía preguntar, pero no pudo contenerse: “Señor Ferrer, ¿se encontró con Amelia en Europa?”

oir eso, Dorian, inmóvil como una

el volante y cuando pensó que Dorian no respondería, este dijo con calma:

muy

jefe lo miró y luego preguntó de

el tiempo, ¿cómo voy a

quejaba del trabajo frente a su jefe y

a Dorian esbozar una sonrisa amarga, que desapareció tan rápido

qué Dorian le hizo esa pregunta. Nunca hablaban de cosas personales o cotidianas, en realidad, desde que conoció a Dorian, rara vez hablaba de algo que no fuera trabajo. A su parecer, Dorian podia ser un poco aburrido, por lo que siempre había admirado a Amelia por haber podido vivir con

es solo trabajo. De vez en cuando hablar con la gente sobre la vida cotidiana, sobre el futbol, los videojuegos, los chismes del

miró y

incómodo y

se

su maleta y lo miro. “Mañana quiero que te encargues de la casa en Jardines de

“Ah?

Capitulo 84

era su

quería deshacerse de la suya, ¿significaba que ambos querian borrar por completo

equivocado, pero Dorian le respondió con una palabra desganada:

e indiferente de Dorian, las palabras se

giró al ver su titubeo: “¿Hay

asistente se apresuro a negar con la cabeza: “No, mañana mismo me

Dorian y Amelia estaba en una de las zonas más exclusivas, un palacete con una vista panorámica al río, excelente ubicación, buen piso, distribución perfecta y óptima luz natural y ventilación. La propiedad siempre había sido codiciada por las familias adineradas, pero aquellos que podian pagarla no eran precisamente los que necesitaban el dinero y las nuevas propiedades se vendian enseguida. Los inmuebles de segunda mano escasamente salían al mercado una vez al año, así que cuando la casa de Dorian se

interesados que competían por

las llaves ni la contraseña, y todos los agentes. inmobiliarios le estaban pidiendo a

con su jefe: “Sr. Ferrer, la casa ya está en el mercado

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