Mi Frío Exmarido

Capítulo 131

Capítulo 131

Era una noche tranquila en la que Dorian insistía con preocupación, “No puedes quedarte sola aqui esta noche. ¿Quién cuidará de ti si me voy?”

La conversación daba vueltas en el mismo punto otra vez.

Amelia no se sentía tan débil como para necesitar cuidados constantes y en el caso de requerirlos, pensaba que contratar a una enfermera por unos cuantos dólares sería suficiente. No había necesidad de que alguien se quedara a hacerle compañía.

“¿Entonces te quedarás esta noche?”, preguntó, titubeante.

Dorian no asintió ni negó con la cabeza, simplemente cuestionó: “¿Tienes a alguien mejor en mente?”

Miró su celular y añadió: “O quizás, ¿prefieres que él venga a cuidarte? También está bien, tú decides.”

“Entonces, Amelia reflexionó por un momento, “mejor que venga él, tú atiende tus asuntos.”

Dorian no dijo nada.

Le lanzó una mirada tranquila: “Está bien, en cuanto él llegue para el cambio de turno, me iré.”

Amelia no se atrevía realmente a pedirle a Rafael que se quedara a cuidarla, su comentario había sido más un intento de persuadir a Dorian de que se fuera.

Pero él no era alguien fácil de convencer.

Ella no sabía si él había visto a través de su renuencia a dejar que Rafael se hiciera cargo o si realmente esperaría a que alguien más llegara antes de sentirse tranquilo para irse. Como él no se movía, ella tampoco insistió más.

Después de la cena, y de verla tomar su medicina, Dorian arrastró una silla hasta el frente de su cama y se sentó para continuar con su trabajo.

Habia salido con prisa al mediodía y no había traído su laptop, así que manejaba sus asuntos desde su celular.

Amelia escuchaba ocasionalmente cómo él atendía llamadas telefónicas, organizando su trabajo con calma.

Ella no dormía y Dorian no hacía ningún esfuerzo por evitarla.

Era como volver a esos dos años de vida matrimonial.

Bajo el mismo techo, cada uno ocupado en lo suyo, sin molestarse el uno al otro.

Estaba acostumbrada a ese modo de no interferencia, se sentía mucho más cómoda así.

Rafael llegó más de una hora después.

No entró directamente, sino que tocó la puerta con cortesia.

El sonido interrumpió la concentración de ambos.

Dorian la miró y dijo con voz tenue a la persona con la que hablaba por teléfono, “Sigue con el plan actual, tengo que colgar”, luego cortó la llamada antes de levantarse para abrir la puerta.

Al abrir la puerta, vio a Rafael parado con una canasta de frutas.

Rafael no esperaba encontrar a otra persona en la habitación y se sorprendió levemente, evaluando a Dorian con disimulo, recordando que era el hombre que había visto en el apartamento de Amelia dos años atrás.

Mientras Rafael evaluaba la situación, Dorian lo saludó cortésmente: “Hola.”

“Hola, respondió el hombre con igual cortesía, su mirada ya fijándose en Amelia a través del hombro de Dorian.

Ella se había sentado y lo saludó también con cortesía: “Hola, Rafael.”

Dorian se hizo a un lado para dejarlo entrar: “Pasa.”

“Gracias, dijo Rafael con voz suave, ya dentro de la habitación, “¿Estás bien?”

quisista mrabajar proyectos con sabor loc suasivo, que legaba dende al interior del

que seria

detenerse indis tiempo, saló del

dijo antes de Hame anterior, con un toque de

mucho trabajo, pero no queria dejarme por

mare,Tu familie

la tarde y no les avise, recién les hante y tardaran

de Amelia simplemente as sin indagar

para convencera de que se quedara Desde la pers propio Rafael ambos esperaban que ella se hiciera cargo del proyecto del resort local

realmente unica par ella

lo

proceso de persuade Amelu, ya habia dejado clars

Rufino to habia enviado como

Frida los

oyecto

Rutine asi que Rufino era su unico

bien gracias de ella

hombre tambien some No hay

espero

Rafael asintió y miro

que

Rufino

desou

agrego Rafa

Claro, Rufino

es queremos que sea

también somos un

rotundo”

sonnsa

cerrar la puerta

posibilidad

me voy ya

scanso.”

Rafael”

hacia la puerta “Oye, ¿cuándo llega

te preocupes por mi, dijo ella con suavidad “Vete tranquilo,

Capitulo 151

dirigió a Dorian, “Rafa ya está

pero intensa que hizo que el corazón de Amelia se encogiera un poco

pensativo, la miró y luego

expresión serena como siempre, asintió: “Está bien. Entonces no

esas palabras, se despidió cortésmente de Rafael con un gesto de cabeza

en silencio, viendo como la puerta de

posó en ella. No preguntó nada más, simplemente dijo con tono calmado: “Escuché

un Dorian que se detuvo al otro lado de la puerta, mientras la

tiempos universitarios siempre quisiste trabajar en proyectos con sabor local, dijo Rafael con su tono tranquilo y persuasivo, que llegaba desde el interior del cuarto. “Esta oportunidad, tanto en escala como en impacto, es de esas que

pálido, sin detenerse más tiempo,

de antes, no te confundas, mi amigo estuvo conmigo todo el dia, correndo de aqui para allá sin descansar. Además, tiene mucho trabajo, pero no quería dejarme sola, por eso dije que tú venías a suplirlo, no te lo tomes a

miró: ¿Tu familia no

un rato, respondió Amelia. “Tuvieron muchas cosas que hacer por la tarde y no les avisé, recién

familiar de Amelia, simplemente asintió sin

sereno.

a ver a Amelia por encargo de Rufino para convencerla de que se quedara. Desde la perspectiva de Rufino y el propio Rafael, ambos esperaban que ella se hiciera cargo

por amor era lo más

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