Mi Frío Exmarido

Capítulo 133

Capítulo 133

En la habitación del hospital, Amelia se encontraba algo débil, apoyada de lado en su cama con una almohada bajo su cabeza, tratando de aliviar el vértigo que sentía sin atreverse a moverse mucho.

La habitación estaba en penumbras, ni siquiera la luz estaba encendida.

Su teléfono móvil estaba al lado de la almohada, con la videollamada activa.

Frida la miraba preocupada: “¿Estás bien?”

“Si, no es nada grave. Respondió con voz suave, sin atreverse a mover mucho la cabeza, “Probablemente solo sea una leve conmoción cerebral y un poco de isquemia cerebral temporal debido a los golpes, el médico ya vino a verme y esta tarde me hicieron una tomografía. No hay nada serlo, no te preocupes.”

“¿Cómo no voy a preocuparme?” Frida no podía dejar de regañarla, “Estás sola en el hospital en medio de la noche, ¿y si te pasa algo?”

“Pero aqui están los doctores y las enfermeras, no es como si estuviera en casa.” Ella intentaba calmarla, “Está bien, es solo por una noche, mañana podré buscar a alguien que me cuide.”

“En mi opinión, deberías haberle pedido a Rafael o a Dorian que se quedaran contigo. La vida es lo más importante, ¿qué más da eso que llamas ‘sentido del deber’?”

Como amigas de muchos años, Frida conocía bien el temperamento de Amelia, que siempre prefería no molestar a los demás y resolver las cosas por si misma.

general, Frida estaba de acuerdo con su modo de ser, pero en casos de enfermedad o lesión, pensaba que uno deberia pedir

conseguir a alguien

de voz de Amelia era suave y ligeramente coqueto, lo que dejaba a Frida

complicaciones, uno era su exmarido y el otro un conocido, ambos ocupados con su trabajo. No era fácil pasar la noche despiertos y luego ir a

mal, llama a la enfermera inmediatamente, no te reprimas en

dijo Amelia cambiando ligeramente de posición. “Te dejaré cuidar la casa

encargo de todo,” bostezó su amiga levantándose, “Recuerda cuidarte,

eso, colgó

querer moverse ni atreverse a hacerlo, pero su garganta estaba seca y

podía ignorarla.

Tuvo que sentarse de nuevo al borde de la cama, apoyando el brazo izquierdo en

malestar y estiró su mano izquierda hacia la jarra de agua para servirse algo. Quizás fue un movimiento brusco lo que causó que el mareo y las náuseas volvieran con fuerza; su mano que sostenía la jarra de agua perdió fuerza y con un “clang”

al mareo que la invadia, se apoyo en la

alguien tocó la puerta desde afuera con un ritmo

vista hacia la puerta y

Capitulo 138

desde afuera y la gran figura de Dorian apareció en la entrada

su voz se atoró en su garganta.

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