Mi Frío Exmarido

apítulo 140

Rufino estaba confundido.

“Oye, ¿ustedes no eran esposos? No podía entenderlo, “Yo como jefe, apenas si puedo soportar cuando una empleada renuncia. Y ustedes que han sido marido y mujer, ¿cómo pueden ser tan despreocupados?”

“¿Acaso el señor Ferrer podria divorciarse tan alegremente si no fuera capaz de desapegarse?”, intervino Yael, con un tono un tante provocador y no pudo evitar echarle un vistazo a Dorian.

Al terminar la jornada laboral y con Rufino a su lado para darle valor, Yael no sentia miedo de burlarse de Dorian.

Tras su comentario, su jefe lo miró con indiferencia: “¿Tienes algún problema?”

Yael negó con la cabeza rápidamente: “No, solo estaba exponiendo los hechos.”

Dorian tomó un montón de documentos de la mesa y se los arrojó: “Ya que estás tan desocupado, organízalos. Resume sus puntos fuertes y débiles, así como la filosofia de diseño de cada uno y entrégamelo antes de mañana.”

Yael echó un vistazo al montón de papeles. Era una pila de curriculos de candidatos a director de diseño para Estudio Esencia-Rufino, cada uno con una introducción detallada y ejemplos de su trabajo.

Habla candidatos recomendados por la oficina central y también externos. La lista era larga.

Para resumir el estilo, fortalezas, debilidades y filosofia de diseño de cada uno, primero tendría que estudiar detenidamente sus trabajos antes de hacer un análisis, además de verificar sus antecedentes y buscar información sobre sus estilos previos.

Era un trabajo para toda la noche.

“Jefe, no voy a terminar esto en una noche, Yael intentó razonar con Dorian, “No puedo estar llamando a recursos humanos a altas horas de la noche para verificar antecedentes, ¿verdad?”

Él respondió: “Todavía no es tan tarde, ¿no?”

Yael no dijo nada.

Dorian echó un vistazo al reloj en la computadora: “Son las ocho. Tienes dos horas antes de descansar, apúrate y tendrás tiempo para hacer llamadas.”

Yael se quedó en silencio.

Rufino le dio unas palmaditas compasivas en el hombro a Yael: “Menos puyas, mira, ya te cayó el castigo.”

Estuvo de acuerdo: “Esto es claramente venganza.”

Dorian lo miro de nuevo con indiferencia: ¿Alguna objeción?”

Yael no se atrevió a objetar y puso cara de no querer trabajar horas extra: “Jefe, ya es hora de salir y esto no es algo urgente.

Lo más importante es que era un trabajo para su asistente, no para él.

que no tenías prisa por irte. Asi que puedes ayudar a tu asistente con algo

dejando el montón de curriculos, “Me voy, señor Ferrer, siga con lo

al llegar a la puerta dudó y miró de nuevo los curriculos, luego a Dorian: “Señor Ferrer, ¿de verdad va a elegir a alguien de ahí

la misma preocupación

estilo tradicional, no hay mucho más. Puedo ocuparme yo de la dirección de diseño por ahora, no hay

poder ocuparte tú? ¿Si ella nunca regresa,

supo qué

resort. Ya se ha fijado la fecha de inicio. ¿Si ella no viene no lo iniciamos?” Sa amigo francio el ceño: “¿Y

replod: ‘Sin la persona, no queremos el

Rufine dio nada.

evitar mirar a Yael

una expresión de no poder hacer

dio la señal de

Yael ya estaba adelante tirando de él: “Vamos, Rufino, tienes

a Rufino de

se cerraba, su mirada se posó un momento en el montón de currículos para

día, cuando Amelia regresó a Zurich y bajó del avión, cumplió con su promesa de llamarlo para

habia mostrado ningún deseo

tampoco habia

medida que se acercaba la fecha de la inauguración y no había señales de ella,

previsto, cuando finalmente parecia inminente, Dorian

decepcionado.

no tuviera más vínculos

directa

gustado lo suficiente o si el desencanto acumulado durante esos dos años habia superado ese cariño, por lo que prefería alejarse de su

muy bien por su

que aceptar

podría decirse que vivia mejor

pidió el divorcio, su vida con o sin él no tenía ninguna diferencia. Pero

menos y

tenia que angustiarse por los cambios de humor de alguien

alcanzar sus sueños, no tenía que conformarse con nadie, solo importaba lo que a

quería volver al pasado. Dorian

no podía soltar

preguntado si le gustaba o no, por lo

el que se casaba, no el que se entregaba, nunca habla experimentado la humillación que ella sentia frente

ese matrimonio, por lo que no podía sentir la determinación de Amelia

perdido nada por casarse. Al contrario,