Mi Frío Exmarido

Capítulo 209

Capítulo 209

“Gracias” le dijo borlan a Frida a través del teléfono.

De nada, Sr. Ferrer,” Frida respondió con un tono algo sarcastico, mostrando claramente su molestia por la petición descabellada de él.

Lo siento, Dorian se disculpó de nuevo, “Señorita Frida, ¿a qué hora estás libre esta noche? Me gustaría invitarte a conar, como una forma de disculpa por mi descortesia de hoy.”

“No hace falta disculparse, Sr. Ferrer, con que mantenga nuestro secreto es suficiente,” dijo Frida con un tono de fastidio. “Pero ya que insiste, vamos a decir a las diez de la noche, todavía tengo que hacer una llamada a un cliente. Ahora le cuelgo.”

Y corto la llamada.

Yael miró preocupada a Dorian: “¿Sr. Ferrer?”

Dorian exhaló un suspiro, su expresión serena: “Estoy bien.”

Aun así, Yael no pudo evitar hacer la pregunta que le quemaba por dentro: “¿Sr. Ferrer, quería confirmar algo?”

“Nada,” respondió Dorian, “solo eran ilusiones.”

A las diez de la noche, Yael organizó una cena en un barrio animado de Bariloche.

Dorian llegó puntual para encontrarse con Frida.

No hubo milagros.

Al verla acercarse, Dorian se mantuvo sorprendentemente tranquilo, aunque bajo esa calma había un dejo de desgano y falta de interés.

No se quedó mucho tiempo, charlaron un poco y pronto encontró una excusa para irse.

Fnda no pudo evitar mirar la espalda de Dorian mientras se alejaba y preguntó a Yael con curiosidad: “¿Qué le pasa al Sr. Ferrer?”

“Quizás está de mal humor,” Yael no estaba seguro, “se veía algo raro hoy.”

“¿Raro como?”, preguntó Frida.

“Como si no creyera que estás en Bariloche.”

Frida se rio: “Si no estoy en Bariloche, ¿dónde podría estar?”

Yael también se rio: “Exacto.”

Pero no pudo evitar mirarla de nuevo: “Parece que te ha ido bien estos últimos años, cada vez te ves más radiante.”

Frida soltó una risita breve y sin darle importancia, aprovechó para tomar agua, ocultando así el pensamiento que cruzaba su mente y el alivio que sentía.

Cuando la cena terminó, ya era casi medianoche.

¿Dónde vives? Te llevo.”

la cuenta, Yael se volvió para hacerle la oferta a

tomaré un taxi y estaré en casa en un momento,” rechazó y luego se

su cola de caballo bailaba con cada paso, muy

pagar y al verla irse,

‘No hace falta.”

voz de frida sonó justo cuando desapareció por la

y salió

a la puerta del restaurante, vio a Frida abriendo la

“Frida, la llamó apurado.

la mano otra vez:

del taxi

Yael, sintiéndose algo inquieto, se giró para subir a su auto y comenzó a seguir el taxi. Cuanto más seguia, más se daba cuenta de que el camino de Frida llevaba cerca del hotel donde Dorian y él se

también se dio cuenta de que Yael los seguia y le mencionó a Frida: “Tu amigo parece estar

se detuvo y no pudo evitar mirar hacia atrás, donde vio el

dijo rápidamente a su

extrañado la miró pero aceleró el paso como

hospedaban, una ruta tan familiar que le hizo echar una mirada casual por la ventana. Pero al

busca del taxi, pero no hubo rastro de él. Preocupado, sacó su celular y marcó el número de Frida. Frida había llegado al hotel y justo estaba saliendo del auto cuando sonó su teléfono. Contestó mientras abría la puerta: “Ya estoy en el hote…”. Casi revela su ubicación, pero se las arregló para disimular con un falso hipo

estés en casa es

notó su error

“Tú también, buenas noches.”

suspiro de alivio, se

estaba sentada en la mesa de la habitación, apoyando la

por el largo vuelo, ya estaba sumida

vio a Amelia sentada: “¿Aún

y con un leve asentimiento,

Frida, quitándose la liga del cabello y colgando su bolso en el perchero, quitándose los tacones con

la observó: “¿Todo

perfecto,” respondió su

fue temprano, de lo contrario no sé cómo lo

de Dorian de esa tarde, Frida

a

Yael la llamó esa tarde, Amelia, ella y Serena acababan

por tu astucia o por conocer tan bien a

trabajo y que su rechazo levantaria sospechas, asi que después de averiguar la agenda aproximada de ellos a través de Yael, pidió un tiempo libre y

y elimina cualquier posibilidad de que él indagara desde

gran retraso ya que ya estaban preparándose para el regreso. Solo

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esperaba era que justo al bajar del avión,

declinar, incapaz de soportar los

Dorian no creyó que ella estuviera en Bariloche, así que cuando él pidió compartir la ubicación en tiempo real, no tuvo más remedio que aceptar. Estaba en el aeropuerto

despertar las sospechas de Dorian con más rechazos,

cenar.

hizo sudar frio, no podia imaginar

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