Mi Frío Exmarido

Capítulo 216

La chica que apenas le llegaba al hombro de Dorian, lo miraba con una mezcla de acusación y vulnerabilidad. Mordía ligeramente su labio inferior y sus ojos brillantes por las lágrimas no podían ocultar su juventud y vitalidad.

Era evidente que Julia era una muchacha vivaz, audaz y valiente en la búsqueda del amor.

Amelia sentia envidia de la valentía de la chica.

Esa escena era algo que ella habia soñado innumerables veces en su juventud, pero nunca se atrevió a hacer realidad.

En aquel entonces, Amelia era muy consciente de la brecha entre Dorian y ella.

Él era el niño mimado por todos y ella solo una estudiante nueva e insignificante. La realidad de esa diferencia la hizo incapaz de confesarle a Dorian sus sentimientos.

Ansiaba el calor que él le brindaba, pero temia que al romper esa delgada barrera de amistad, él la rechazara y se alejara, dejándola sin ese último resquicio de calidez.

Por eso, en aquel tiempo, guardó cuidadosamente su afecto, sin atreverse a dejar que él supiera nada al respecto.

Cuando Dorian comenzó a distanciarse, Amelia sufrió mucho y se preguntó si había hecho algo para revelar sus sentimientos, causando que él se alejara.

Esos pensamientos la afligieron y la hicieron sentirse culpable.

Ély

I ya no la buscaba y ella no se atrevía a molestarlo.

Así que, una vez que terminaron los exámenes finales, ella eligió dejar por completo esa clase a la que se había unido a mitad de camino.

Incluso ahora, si pudiera regresar el tiempo atrás, al año en que conoció a Dorian, sabía que aún no tendría la valentia de perseguir lo que amaba con la misma pasión ardiente de la chica frente a ella.

No era como la chica.

A lo mejor, Dorian y la chica solo compartieron un encuentro fugaz, y a ella le gustaba solo por su apariencia o un momento de emoción.

Si lograba conquistarlo, entonces habría ganado su apuesta, pero si no, no perdería nada.

Pero Amelia era diferente.

sentimientos hacia Dorian nacieron de la convivencia diaria, fue un cariño que surgió con el tiempo y a través

habían compartido juntos

los dias compartidos con él y el tiempo que habían sido amigos. Si apostaba y ganaba, saldría victoriosa, pero si perdia, habria perdido al único ser

no se atrevía a apostar,

los espectadores, miró a Dorian con los ojos enrojecidos y le dijo

importa si ahora no sientes lo mismo por mi,

murmullo entre la multitud: algunos la envidiaban, otros la

figura, atractivo y con una presencia imponente, graduado de una universidad prestigiosa, decisivo y eficiente en sus acciones,

estaban enamoradas de él. pero pocas tenien la claridad

habla tenido la osadía de detenerlo en público para confesar sus

a ellos

de sentimientos, no pudieron evitar dirigir su atención hacia

Dorian ante la confesión; su usual semblante

emoción.

que alzó la vista y miró a un lado, y en ese instante notó a Amelia, que había sido

Julia, completamente absorta en

envidia y

envidia tan densas que no

ojos, pareció ver a la Amelia de diecisiete

de autobús vacía, él se detuvo frente a ella y cuando levantó la vista

estaban rojos, pero se esforzaba por

lágrimas girando en sus ojos, lo único diferente era que esos ojos ya no tenían la alegria de cuando tenía diecisiete

su mente estaba inundada con recuerdos de la noche del decimoséptimo cumpleaños de Amelia, cuando alzó la vista y lo vio, notó la sorpresa y alegría en

un sentimiento de satisfacción por ver a alguien más lograr aquello que ella no

se

vista volviera a

en sus ojos se desvanecia poco a poco, dejando

párpados, luego se

alta figura pasó frente a Julia y la expresión

gente alrededor lo

a su

al encontrarse con Dorian, que la miraba con ojos bajos y una

“¿Ya comiste?”

con