Mi Frío Exmarido

Capítulo 254

Capítulo 254

“Está bien, es muy bueno, él la quiere mucho,” dijo Marta, “y Serena también le tiene cariño, pero es que su papá, la manera en que mira a la gente, uff.”

Marta no pudo evitar mostrar su desagrado con un gesto, antes de seguir hablando:

“A principio Serena estaba toda emocionada, pero desde que llegó su papá, empezó a armar berrinche para volver a casa. No quería quedarse allí por nada del mundo. Tenía los ojos llorosos cuando se quería ir con el Sr. Ferrer, pero después, cuando nos trajo de vuelta, ya no estaba tan pegada a él como antes. Tan chiquita y ya con un corazón tan sensible.”

Amelia giró la cabeza para mirar hacia donde estaba su hija.

La pequeña ya se había dormido, su rostro reflejaba una paz que contrastaba con la aflicción inicial.

Sin embargo, aquel gesto de Serena, tan lleno de tristeza, había pinchado el corazón de Amelia como una

espina.

Al parecer la niña, había heredado su sensibilidad, era especialmente perceptiva.

Aunque todavía no podía entender el porqué, Serena sentía como Amelia: en los momentos a solas con Dorian, lo veía como un padre en quien confiar, su único papá. Pero cuando aparecían otros familiares, ya fueran Pamela y Paola la última vez, o Eduardo esta vez, sentía que su papá no le pertenecía solo a ella, que estaba siendo excluida de su mundo, lo que le generaba una tristeza profunda.

Era pequeña para razonar lo que sucedía, pero su tristeza y desolación eran evidentes.

“Gracias, Marta, dijo Amelia, retirando su mirada de Serena para agradecerle con suavidad.

Marta, algo avergonzada por el agradecimiento, se encogió de hombros con una sonrisa despreocupada: “De nada, es lo que me toca hacer.”

Ella también sonrió y no dijo más.

La madrugada se adueñaba de Arbolada, que se sumía poco a poco en el sueño.

A lo largo del río que cruzaba la ciudad, las luces brillaban con tranquilidad.

El viento de la noche agitaba las cortinas de la terraza.

Dorian, con los brazos cruzados, se sentó frente a la terraza, apoyado en la barra de mármol, contemplando la serpenteante vista del rio, su rostro hermoso y serio casi sin expresión.

Recordó a Serena esa tarde, buscando en su escritorio algo confundida, pero su desconcierto se transformó en emoción al ver el proyecto de diseño de Amelia.

No había escuchado claramente lo que decía la niña, a esa edad todavía no articulaba bien las palabras.

Cuando Yael tomó el proyecto, Serena se mostró ansiosa por recuperarlo, esa imagen no dejaba de repetirse en su cabeza.

La primera vez que Dorian vio a Serena fue en Zúrich.

había caído frente a él, sin llorar, solo mirándolo

en ese restaurante donde se reencontró con Amelia después de

distancias, volvían a encontrarse

Amelia.

del río y se giró para

berra.

12-00

medio vaso, lo alzó y observó cómo el líquido oscuro se balanceaba lentamente sin

estaba cerca, no pudo evitar llamarlo

perezosamente hacia él: ¿Todavía no te

apoyándose en ella, y no pudo

distraído desde que había llevado

la tarde, como perdido en sus pensamientos, Yael lo había visto mirar fijamente el proyecto del resort

logró

de trabajar a las ocho de

tenía algunas cosas pendientes que confirmar con Dorian,

estuvo presente durante un breve momento para discutir el trabajo; el resto del tiempo, como

la tarde, no respondió

y vete a casa, descansa

Dorian no mostró interés en seguir la conversación, simplemente se quedó mirando su

con la mano y no preguntó

voy, también trate de dormir

su copa de licor. Imágenes fragmentadas cruzaban su mente: Amelia saliendo del quirófano, ella delgada y bonita en una foto de grupo, el informe médico amarillento con las palabras “terminación del embarazo”, Amelia llorando desconsoladamente cuando él

se entrecruzaban en su mente y se unían en la

Adán se movió violentamente, dejó caer su vaso de licor con un “thud” y se levantó para ir a

llegó al trabajo y se encontró con

por el huracán en Valverde

para iniciar la conversación. “Dos días sin trabajar,

incómoda:

en la escuela, lo que más esperaba era que llegara

sonrió: “Si hubiera

Rufino salir de su oficina, no se olvidó de saludarlo, “Sr. Rufino, Llévame en el próximo viaje de negocios, quedarme en la oficina todo el

la próxima

Capitulo 254

casualmente mientras recordaba: “Bueno, vamos a

quedó sorprendida:

del resort va a comenzar oficialmente

instrucción: “Dalia, llama al Sr. Yael y pregúntale si el Sr. Ferrer ya

su oficina cuando

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