Mi Frío Exmarido

Capítulo 308

Capítulo 308

Marta estaba ocupada con sus quehaceres y no prestó mucha atención a lo que Serena estaba haciendo.

Cuando finalmente terminó sus tareas, notó que la niña habia colocado su bolsa de leche sobre su brazo y estaba sentada en el sofá, mirando alrededor con sus grandes y confundidos ojos.

Después de casi una hora, Marta habia terminado de limpiar la habitación.

Como siempre, llevó a Serena afuera.

Apenas salieron, Serena señaló en dirección al Edificio Esencia y dijo: “Vamos allá, al parque.”

Había un parque junto al rio cerca del Edificio Esencia, donde Marta había llevado a Serena antes. Pensando que la pequeña simplemente queria jugar, no lo pensó mucho y decidió llevarla.

De regreso, pasaron por el Edificio Esencia. Antes de llegar, Serena apuntó a la entrada del edificio y dijo: “Tia, vamos alli

Marta vio que era el Edificio Esencia y que era hora de trabajar, asi que rápidamente trató de persuadirla: “No podemos ir. Las personas están trabajando.”

Serena asintió, medio entendiendo, pero claramente desilusionada. Se recostó contra la ventana del coche, mirando hacia afuera con los ojos bien abiertos.

En el vestibulo del Edificio Esencia, que era simplemente una zona de descanso y exposición, se podía ver a la gente sentada y conversando.

El coche estaba detenido en un semáforo y Serena podia ver claramente a las personas que estaban charlando y bebiendo algo parecido a un licuado.

En su mente, el trabajo era como lo hacía su madre, sentada frente a la computadora sin parar.

Entonces emocionada, tiró de la mano de Marta para que mirara y le explicó seriamente: “Las personas, no están trabajando.”

Marta también miró hacia esa dirección y vio que parecía un lugar al que cualquiera podría entrar.

“Quiero ir” insistió Serena, agarrando la mano de la mujer con urgencia

Marta estaba indecisa, no era que no tuvieran tiempo, sino que ese lugar era una oficina, no un centro comercial.

Serena ya tenia los ojos llorosos y suplicaba con voz temblorosa: “Vamos a jugar, solo un ratito, ¿si?”

La voz suave y suplicante de la niña, junto con sus ojos llorosos, era algo ante lo cual su niñera no podía resistirse.

Finalmente asintió, pero negoció con ella: “Solo podemos jugar un rato y cuando te diga que volvamos, tienes que venir conmigo, ¿de acuerdo?

La niña asintió con seriedad, como si estuviera picoteando maíz: “Si.”

Entonces Marta le dijo al conductor del taxi: “Por favor, gire en la próxima esquina y deténgase en la entrada del

Edificio Esencia.”

“Claro,” respondió el conductor con una sonrisa, siguiendo el flujo del tráfico y girando en la esquina.

Pronto, se detuvieron frente al Edificio.

Marta bajó del coche con Serena en brazos.

Como el primer piso tenía áreas de exposición y descanso, habia una puerta con lector de tarjetas para acceder a los ascensores, así que aunque había seguridad en la entrada, no impedian el paso de la gente.

En cuanto Serena entró al vestibulo del Edificio Esencia, no pudo evitar mirar alrededor con asombro.

El techo alto del vestibulo hacia que todo el lugar luciera luminoso y grandioso.

Serena estaba maravillada con todo lo que no habia visto antes, pero no olvidó que este era el lugar de trabajo del “señor bonito“. Aun así, no tenía idea de cómo entrar para encontrarlo.

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Capitulo 308

Miró la entrada durante un buen rato sin entender cómo acceder y luego se volvió hacia Marta y dijo: “Tia, quiero ver al señor bonito.

Mientras hablaba, se estiraba de puntillas y trataba de agarrar el teléfono de Marta, queriendo usarlo.

Marta rápidamente la detuvo: “Ei señor bonito está trabajando como tu mamá, no podemos molestarlo.”

Respondió Serena,

más suave cerca de la puerta giratoria, corrió hacia él, se subió con esfuerzo y con mucho cuidado, colocó a su lado la bolsa de tela que habia estado abrazando y que guardaba su biberón. Luego, levantó la vista hacia Marta

quedó

con ella: “Serena, ¿acabas de prometerme que

la cabeza, su expresión llena de confusión y tristeza:

el asiento en el que estaba sentada: “Mira tia,

quedó sin

de llorar y enfatizó seriamente: “Tia, solo voy a quedarme

mantuvo en

no pudo evitar reirse al escuchar las palabras infantiles

reunión y ya era casi hora de comer. Habia hecho planes para almorzar con una

capturada por la pequeña niña sentada en el sofá cerca de la puerta, tan bonita como una muñeca. No esperaba escuchar la conversación entre las dos y la

no cuenta como

Serena giró la cabeza instintivamente y vio a una bella desconocida. Se sintió un

la pequeña impresionaron a Fabiana, quien no pudo evitar agacharse

a Marta riendo: “Tu niña

cuando alguien elogiaba a la niña y respondió

educado bien.”

pequeña era tan linda que no parecia

eres su

sonrisa, mientras se sentaba al lado de Serena. Notó la bolsa de tela al lado de la niña y la tomó

tirar dio

la reacción apurada de la niña:

lado, rápidamente explicó: “Oh, es su biberón. Ella lo aprecia

serio? Pequeña, ¿llevas tu biberón cuando

pudo resistirse y le pellizcó suavemente la

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Capitulo 308

rio con la expresión exagerada y los gestos de

empresa y salia del edificio corporativo, Marta se sintió más tranquila. Se dio la vuelta y aprovechó el momento para sacar su teléfono móvil y echar un

pellizcar las mejillas de Serena, Fabiana soltó y dijo con una sonrisa: “A

levantó la bolsa del biberón de Serena y

“¿Qué es esto?”

Curiosa, lo sacó.

nerviosa, pero no se atrevió a pedirlo de vuelta, no

papel cuando detrás de ella se escuchó la voz confundida

holgazaneando en el trabajo hizo que Fabiana pusiera el papel en el asiento a su lado y se girara para ver a Eduardo, que venía por la puerta giratoria: “Hola, Sr.

miró

a

vez que fue a la oficina del señor bonito se estaba divirtiendo, hasta que ese hombre llegó y el señor

envió a otro lado.

señor

de miedo hizo que, al verlo,

incertidumbre a Marta: “Tia.”

Eduardo y rápidamente guardó el aparato y se levantó

está aqui,

entonces cuando Eduardo se

de Dorian, aquella a quien Pamela sospechaba que era

acerca la hora de la comida y justamente una amiga de Suiza vino a visitarme, así que quedamos en comer por aqui cerca. Cuando bajé, me encontré con esta chiquita tan mona

reloj de pared del vestibulo y dijo: “Bueno, Señor Eduardo, mejor me

palabras, se apresuró a salir

Cintia, pero si sentia cierto resquemor hacia ese hombre que solía estar serio y que a menudo

estribos.

fijó

preguntó con un tono severo y una autoridad

llorar desconsoladamente, tratando de no hacer ruido, pero

cuello de Marta.

mucho, la pequeña estaba cansada y queria descansar un poco. Vi

la botella de leche de

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Capitulo 308

por bajarse de los brazos de Marta, balbuceando entre sollozos: “No quiero ime, no quiero

Marta se

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