Mi Frío Exmarido

Capítulo 363

Ella estaba en un dilema. Explicarle a su hija, que su papá y ella no eran pareja era complicado. Si decía que no, tendría que explicar el porqué, lo que llevaria a hablar de la separación, un concepto dificil para una niña en plena etapa de descubrimiento.

Serena era más precoz que los niños de su edad y Amelia sospechaba que si decia que no eran pareja, Serena empezaría a comparar su situación con la de sus amiguitos, cuyos padres si eran parejas, desencadenando un montón de preguntas adicionales.

Pero afirmar que si eran pareja era, en cierta forma, engañarla..

“Serena“, dijo Amelia con suavidad, buscando un término medio, “mamá es colega de papá, y papá es colega de mamá. También fuimos compañeros de escuela, como tú y tu amiguita Lucia.”

Dorian le echo una mirada, pero no dijo nada.

Serena parecia medio entender, pero asintió: “Ah.”

“¿Qué tal si comemos algo de fruta ahora?” Amelia desvió la conversación y le ofreció una rebanada de pitahaya a la

niña

Serena se distrajo al instante: “Si gracias, mamá.”

Amelia le sonrió y acarició su cabello, antes de girarse hacia Dorian.

serena y profunda, que hizo que Amelia se sintiera un poco

de cambiar el tema, “¿cómo se te ocurrió traer a Serena

y ninguno de los dos

quedamos con ella,

mirada, “¿tienes alguna preocupación al

moviendo la cabeza, “pero la vas a malcriar

sé cómo manejarlo“, dijo él tocando la cabecita de Serena, “además,

si

coló en la habitación con un

A ver si tú te atreves a tener una hija de

sacudió la cabeza: “Mira que apenas llevas unos

hablaba, miró a Amelia: “Si me preguntas, no deberías haberle dicho tan rápido. Podrías haberlo mantenido en vilo un par de años

Amelia sonrió con esfuerzo.

aeropuerto en un estado de nerviosismo y enojo, que habla decidido llevarse a Serena con él en medio de una gran furia. Verlos tan tranquilos juntos ahora

unió a las bromas sin filtro de Rufino, sino que simplemente dijo con una sonrisa: “Sr. Rufino, ya

mirada: “Tú ni siquiera tienes, ¿por

que no quiero que te quedes rezagado“,

saludo dulcemente: “Hola, Sr.

Yael sonriente y le dijo a la pequeña, “¿Por qué no viniste con tu