Mi Frío Exmarido

Capítulo 464

Capítulo 464

Amelia y su equipo se encontraban a mitad de camino cuando fueron sorprendidas por la lluvia. En Valverde, las precipitaciones hablan sido intermitentes durante esos dias y el frio se hacia sentir. La obra aún no estaba pavimentada, asi que el suelo era un lodazal amarillento por todos lados; un solo paso en falso y quedarian con los zapatos cubiertos de barro.

“¿Qué estaria pensando Roberto al organizar una reunión con este clima, en este lugar?” Dalia no pudo evitar quejarse.

“Quizás el ya está tan acostumbrado a estar en la obra que no le afecta este clima ni el entorno. No pensó en nosotros además, la lluvia comenzó de repente; no es algo que él pudiera prever. Seamos comprensivos.”

Héctor hablaba mientras observaba a Amelia, quien avanzaba por el barro con precaución, pareciendo un poco Inestable. Instintivamente, extendió su mano para ayudarla

Pero antes de que pudiera tocarla, Amelia levantó su mano en señal de detención: “Estoy bien, puedo sola.”

Justo cuando terminó de hablar, sorted el charco y continuó su camino hacia el cobertizo provisional, donde se habia organizado una sala de reuniones temporal y se apilaban montones de materiales de construcción, casi bloqueando la entrada.

Amelia tuvo que rodearlos.

Apenas se intermó entre los materiales, estuvo a punto de chocar con una figura tambaleante que salia en sentido. contrario. Alarmada, giro bruscamente, evitando por poco el impacto.

“Disculpe… lo siento mucho…….

El hombre se disculpó con timidez, sin atreverse a levantar la vista.

Amelia lo miró por un momento; parecia un hombre de unos cincuenta años, delgado y huesudo. Su ropa estaba gastada y sucia, llena de parches, su cabello largo y desordenado le daba la apariencia de un vagabundo.

Sus ojos mostraban una mezcla de timidez y temor, como si le costara trabajo mirar a los demás. Parecia una persona decente y honesta, de alguna manera, despertaba compasión.

“No se preocupe.” Respondió ella con voz suave.

En ese momento, Carlos apareció apresurado, procedente de la dirección del hombre delgado. Se veia ansioso, como si buscara a alguien.

Al ver al hombre alto y delgado frente a Amelia, estaba a punto de hablar, pero entonces notó a Amelia y su expresión cambió ligeramente.

Aunque fue un cambio sutil, ella lo percibió

“Directora Amelia, ¿qué la trae por aquí?“, preguntó Carlos con una sonrisa ya en su rostro.

rodear por aqui. Respondió, Amelia mirando al anciano a su

nombre es Alex, también trabaja en la obra. Es muy esforzado, pero no es muy rápido de mente. Me preocupaba que se perdiera, asi que vine a buscarlo.“, explicó Carlos, dirigiéndose al hombre con voz suave.

una mirada agradecida y con voz algo ronca,

observó la genuina gratitud y la confianza pura y dependiente en los ojos de Alex,

sonrisa: “Para llegar al cobertizo, tienes que rodear por aqui y luego girar a la

Amelia asintió. “De acuerdo.”

Carlos y Alex y continuaron hacia el cobertizo. Antes de que Amelia llegara, apareció Roberto, visiblemente consternado por verla llegar bajo la lluvia: “Directora Amelia, disculpeme, no pensé

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Capitulo 464

repente

problema“, respondió

a tiempo: “Ya me encontré con él. Dijo

Roberto frunció el ceño, “¿Por qué tenía que llevar a Alex a casa? Si Alex es de los que no salen, casi ni va a comer

estaba bien y no pudo evitar mirario: “¿Qué le pasa

un poco introvertido, no se atreve a socializar mucho,” explicó Roberto mientras caminaba con Amelia hacia los barracones de la obra. “Oi que antes era un vagabundo, no se sabe de dónde vino ni cómo se llama, ya no tiene familia y tampoco está muy lúcido. Pasaba los dias durmiendo bajo los puentes y hurgando en los contenedores de basura, Daba pena verlo. Carlos se compadeció de él y lo trajo al equipo

engañar por la edad de Álex

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funció el ceño hacia Roberto: “Si no saben de donde viene

control de calidad en la construcción, por lo que requeria un registro con nombre real para cada trabajador del proyecto, incluidos

pareció haber previsto que Amelia iria directo al grano y su rostro se

voz baja, intuyendo lo que

la frase, Amelia no pudo evitar fruncir el ceño, sintiendo que algo no estaba

que si

evitar continuar la conversación: “Si, alguien de esa edad, sin hijos

el mundo, sin ropa adecuada ni comida suficiente, da mucha pena, es mejor

pudo evitar tener dudas, especialmente después de ver

preguntó Amelia. “En situaciones como la de Alex, normalmente no lo

se acostumbraba a la vida en el centro de ayuda, por eso volvió a la calle, dijo Roberto. “El pobre anciano no tiene

frio, ¿cómo podría sobrevivir?“,

con sorna: “Vaya, Héctor, después de tanto

Héctor y frunció

darse cuenta, Héctor le sonreia a Dalia: “Si hasta me llevo a casa a los perros y gatos callejeros que encuentro, ¿cómo no voy

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