Mi Frío Exmarido

Capítulo 522

Capítulo 522

La gente abajo se asustó con la presencia de Carlos y sin dudar más, se apresuraron a volver a sus tareas.

Amelia, angustiada, se giró hacia Roberto: “¿Quién es el jefe aqui, él o tú?”

Roberto la miró con una mezcla de disculpa y frustración: “El señor Eduardo Ferrer insiste en que tenemos que empezar esta noche, no puedo desobedecerlo.”

Amelia no dijo nada.

No esperaba que fuera Eduardo quien estuviera detrás de esto.

“¿Así que las órdenes del señor Eduardo Ferrer no se pueden desobedecer, pero las del señor Dorian Ferrer si?“, preguntó Amelia con indignación. “Ahora el que manda en la empresa es el señor Dorian y no Eduardo.”

“No importa cuál señor Ferrer es, mientras el resultado sea bueno, ja quién le importa a qué hora se hizo el trabajo?”

Carlos dijo eso y se giró hacia los trabajadores que todavia dudaban: “¿Qué están esperando? ¡Prepárense, que el momento propicio ya casi llega!”

Después de hablar, se sumergió en la tormenta, comenzando a dirigir a los demás, mientras que la bocina que tenia en la mano la dejó colgando a su lado.

él Aprovechando que él estaba distraído, le arrebató la bocina y luego gritó a los demás que estaban ocupados: “¡Soy la esposa del Sr. Dorian Ferrer y en su nombre, les informo que esta

levantó su teléfono móvil: “Tengo nuestro certificado de matrimonio

una vez más, mirándose desconcertados, cuando una voz de un hombre enojado resono cerca de las escaleras: “No le hagan caso, está

se giró hacia

elevada, protegido por paraguas que sostenían

encima de ella hacia Roberto y Carlos: “¿Qué están esperando? Si se retrasan,

trabajadores que se habian detenido volvieron a sus tareas con renovado

sin preocuparse por nada más, se apresuro hacia Eduardo y le dijo con urgencia en voz baja: “Alguien está tratando de aprovecharse de

familia no tiene problemas con nadie, ¿quién querría

por la lluvia, “Tú solo diseñas, no construyes, ¿para qué vienes con esta tormenta? No puedes ayudar y encima te mojas, mejor vuelve a

mano. Justo debajo de la mezcladora había un oscuro y profundo cuerpo de agua, el punto de vertido de las columnas

a Eduardo con un rápido “Acaba de recuperarse de una grave enfermedad, debería volver a

la mezcladora de concreto, hacia la figura delgada y encorvada del trabajador, frunciendo el ceño sin entender por qué corria

se detuvo al lado de Alex y justo cuando él estaba a punto de empezar a trabajar con su pala, le agarró el brazo.

le impedian escuchar bien, pero aun así logró entender la esencia de sus palabras a través de su lenguaje corporal

V 32L

te preocupes, estaré bien en un momento. Es mejor que

de hablar, se escuchó

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