Mi marido accidental es ¡un billonario!

La entrada de la escuela bullía de gente, sus rostros llenos de vida y vitalidad.

Keira caminaba junto a su scooter eléctrico, su solitaria presencia destacaba entre la multitud.

Se lamió la hinchada comisura de los labios con su lengua, su voz ronca.

—Habla.

—La familia Horton parece prestigiosa, pero sus luchas internas han sido intensas a lo largo de los años. El viejo favorece a la familia del hijo mayor, con la intención de traspasarle el negocio familiar a la primera rama. Como hijo menor, Lewis Horton ha sido constantemente suprimido.

—Hace unos años, el viejo arregló a varios individuos poco fiables para que Lewis se casara. El conflicto se calentó hasta llegar al punto de ruptura, hasta que Lewis anunció que se había casado con una mujer de una familia ordinaria, deteniendo así más arreglos matrimoniales.

—Bueno, su esposa es bastante interesante. Nunca ha aparecido en público ni ha asistido a ningún banquete de la familia Horton.

—Así que para resumir, la verdad es…

Samuel intentaba crear suspense, pero Keira ya había llegado a una realización.

—Entendido. ¿Ya has averiguado su agenda y su información de contacto? —preguntó Keira.

Samuel se sorprendió y dijo torpemente:

—Te enviaré su agenda para los próximos días, pero no pude encontrar su número privado.

Keira respondió con calma:

—No te preocupes. Lo buscaré en persona.

Era normal no poder encontrar el número privado de alguien con la posición de Lewis Horton.

Samuel inmediatamente se volvió curioso:

—Normalmente está rodeado de guardaespaldas y no es fácil acercársele. ¿Planeas usar la fuerza o…?

—Vamos a mantenerlo discreto por ahora —los labios de Keira se curvaron en una sonrisa pícara—. Además, soy una mujer. No puedo simplemente forzar mi entrada.

Samuel no sabía qué decir.

*

La Sede de Horton Group se ubicaba en el centro de la ciudad de Oceanion, un masivo rascacielos icónico que mostraba la extravagante riqueza de la familia Horton.

Keira arregló su uniforme de mensajera y entró sosteniendo una caja de entrega, diciéndole a la recepcionista:

—Este es un paquete para el señor Horton. Debe firmarlo personalmente.

La recepcionista llamó a la oficina de la secretaria antes de darle permiso para subir.

a un elevador exclusivo y

“`

del elevador, se abría ante ella un vasto espacio

en el departamento de la secretaría, todas al servicio de una persona:

había venido a

tocar, una voz

—Entra.

justo cuando pensó que se encontraría exitosamente con Lewis Horton, una figura alta y delgada de

el asistente,

Olsen? ¿Qué hace usted

la familia Olsen ayer, pero el jefe la toleró, y ahora, tenía el descaro de personificar

se agrió, y llamó a dos

¿Puede cualquiera llegar al último piso

de Keira permaneció

Horton

Tom se burló:

Respetamos cada trabajo, pero,

—Sí, lo soy.

Si eres una mensajera, ¿tienes un permiso

terminó de hablar, un permiso de trabajo fue puesto en

Keira casi se ríe:

—Por supuesto, lo tengo.

Tom estaba desconcertado.

rostro se congeló por un momento. Luego soltó una carcajada, pensando

te registraste hoy, ¿no

y la fecha de registro estaba

Tom se quedó atónito:

—¿Hace ocho años?

¿Era realmente una mensajera?

“`

“`

Keira, dirigiéndose a la persona al

firme llegó desde el interior de la

—Déjenla pasar.

mirada provocadora a Tom. Él estaba a punto de

de un estilo simple pero lujoso. La combinación de colores en negro, blanco y gris le daban a la

de su amplio escritorio, con las mangas de su camisa negra arremangadas revelando un antebrazo delgado y musculoso. Sostenía un bolígrafo en

documento en su mano, Lewis finalmente levantó la vista, sus oscuros ojos no revelaban ninguna

señaló al formulario de

Horton, por favor firme

y esbeltos, con una ligera capa de callos

frágil, pero siempre mantenía la espalda

hinchada comisura de sus labios por un momento antes

repente habló, sus palabras

no está

escribir y súbitamente levantó la vista. Su mirada fría y penetrante se