Niña en sus ojos Reina en su tierra

Capitulo 220

Gautier observaba esas filas de agujas de plata, bollando con un frio destello Habla cientos de ellas, las de arriba eran las más finas y cortas, y a medida que bajabas, las agujas se hacían más largas y gruesan.

“Si no vas a cooperar bien, me ten que tendré que ser um poco brusca contigo, le dijo Jazmin, aunque por la expresión en su rostro, Gautier no podia decir que realmente sintiera que le estaba haciendo algo malo

Gautier realmente queris preguntade qué era lo que pensaba hacer

Pero no podia hablar nada

Se debatia se resistía, pero ni siquiera tenia la fuerza para moversa.

Viendo a Jazmin agarrar más de una decena de esas largas agujas de plata, Gautier luchaba desesperadamente, pero claramente todo era en vano. No podia moverse, habia gastado toda su energia y aun así, no servia de nada

Jazmin se ngachó y levantó la bata de dormir de Gautier, dejando al descubierto sus piemas.

Sus dedos primero tocaron su piema, pellizcando el músculo de la pantorrilla que ya mostraba signos de atrofia

Gautier no podia moverse, pero podia sentir sus dedos frios masajeando su piema. Las manos de ella eran pequeñas, sus dedos

Cuando se agacho, Gautier no sabia si era el aroma de su cabello o de alguna otra parte de ella, pero esa fragancia dulce y suave se

metin en su manz

cualquier perfume de mujer

en

sino suave

se lesionó la piema, el

solo lograba unas tres o cuatro

s de despertarse.

esa fragancia suave, los nervios tensos en su

a sentir

tambien dejó de resistirse

como antes.

durante diez minutos, Jazmin insertó la primera aguja de plata en su piema y le dijo sin mirar hacia amba: “Cuando haya insertado todas las agujas en tus piernas, si en unos minutos sientes un dolor agudo, significa que

sientes nada, entonces no hay

no le

apenas Jazmin insertó las dos agujas, de repente no pudo moverse ni

estaba un poco impresionado.

realmente conocerá alguna

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a todos los médicos famosos del país para curar su pierna, y todos

después de cada intento fallido,

habia empezado a aceptar el hecho de que su plerna nunca se recuperaria.