Niña en sus ojos Reina en su tierra

Capítulo 474

Loreto apretó fos labios, su expresión sombria y un aire pesado lo rodeaba. Tras unos segundos, finalmente le habló: “¿Qué pasa entre tú y mi hermano?”

Aunque Jazmin había dicho que no estaba Interesada en Elio, aun así seguían viéndose.

La enfermedad de Héctor ya casi estaba curada.

Jazmin ya no necesitaba seguir visitando la Casa de los Real.

En teoria, ella y Elio no deberían tener más que ver el uno con el otro.

Péro hoy, en su cumpleaños, Elio le envió flores, y ella las aceptó.

El tono de voz de la pregunta enfrió de golpe el ambiente, Jazmín frunció el ceño: “¿Me llamaste solo para preguntarme esto?”

Su voz sonaba fria.

Loreto se sorprendió, bajo la mirada hacia su expresión y, tras dudar unos segundos, la tensión en su cuerpo se suavizó un poco, y su tono de voz también se volvió más suave: “Jazmín, no sé qué está pasando entre tú y mi hermano ahora, pero creo que no son el uno para el otro.”

“Mi hermano…” Loreto se detuvo a pensar, luego le dijo, “tal vez él realmente te quiera ahora, solo que hay una diferencia de edad entre ustedes, y si realmente estuvieran juntos, podrian darse cuenta que no son adecuados el uno para el otro.”

“Las mujeres que él admiraba antes, todas eran muy maduras.”

una

pensaba que su hermano solo se estaba dejando llevar por lo que

el tipo de mujer que a

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la que

de escucharlo, levantó ligeramente

indiferencia, Loreto se sintió un poco desesperado: “Jazmín, somos amigos, te lo digo por tu bien. He crecido con mi hermano, lo conozco, él solo… está dejándose

tipo de sentimientos vienen rápido y se van

mantuvo su expresión indiferente, sin mostrar emoción en sus

se quedó en

por mi

una mujer por un hombre, el atractivo inicial, ¿no viene todos de dejarse llevar por la apariencia? ¿Qué

escuchaba en

repente, ella sonrió de nuevo, inclinándose hacia adelante, con una risa contenida, “A mí no me importa. Después de todo, yo también me dejé llevar por

me dejé llevar por tu apariencia

dulce fragancia

si de repente estuviera atado de la lengua, incapaz de hablar, su

tiñó de un leve rubor, sus ojos parpadearon con

ojos permanecían serenos: “Loreto, solo somos amigos.