No Soy Tu Bien Desechable

Capítulo 193

Isabel en ese momento se sintió como un món que vela un gato, incapaz de articular palabra alguna.

Julio se dio cuenta de que algo no estaba bien, se volted hacia Isabel y le pregunto: “¿Por qué tartamudeabas? ¡Ahora explicame, por que insisties tanto en que tu hermano asistiera a la cena familiar, qué es lo que ustedes dos estaban planeando??

“Mi amor, déjame explicarte! Las cosas no son lo que tú crees”

Isabel intentó explicar, pero Julio retiró su mano de un tirón y le dijo: “¿Es que acaso planeaban hacerle daño a Femanda otra vez? ¡Habla!”

“Mi amor, yo no tengo nada que ver con esto! ¡De verdad que no sé nada!”

Isabel, temerosa, negaba con las manos una y otra vez

Ricardo, caldo en el suelo, al oir a Isabel hablar así, rápidamente intervino: “Hermanal ¡Por favor, suplicale a mi cuñado! Sálvame! ¡No quiero que me lleven! ¡Ayúdame, por favor!”

“¡Callate ya! ¡Todo es por tu lujuria, qué tiene que ver conmigo!”

Las palabras de Isabel hicieron que Julio comprendiera de inmediato qué estaba pasando.

ustedes!” Julio estaba furioso, e Isabel rápidamente dijo: “Mi

casa de la familia Sierra, vieron el caos que reinaba. Los hombres de Fabio aún

Fernanda, Isabel se puso aún

ella y le dijo a Isabel: “Explicame todo

ha divorciado dos veces, es dificil para él encontrar esposa. Además, pensé que ya que Femanda y Sebastián también iban a divorciarse, si estos dos pudieran juntarse, sería como

de Sebastian, teria que nadie más quisiera casarse con ella en el futuro, por lo que ella

“¡Qué descaro!”

“Bien juntos? ¡Qué atrevimiento decir

de vergüenza, pero intentó defenderse descaradamente: “Yo, yo solo estaba pensando en el matrimonio de Fernanda, esto fue algo consensuado, ¿por qué hacer que

“No sabia que me hablas drogado, y ahora resulta que fue

“¿Qué?”

pregunto: Ternanda, ¿es cierto

si no hubiera sido por mi amenaza de muerte, el plan de mi tia y Ricardo habría tenido éxito mucho antes“.

mintiendo! ¿Qué pruebas tienes? Claramente te pillaron y ahora quieres echamos la culpa a

escuchó la voz de un guardia de seguridad: “Señor Fabiol ¡Lo

y un frasco