No Soy Tu Bien Desechable

Capítulo 234

“¿Y qué hay de esa a escuela privada para chicas?”

Fernanda se dio cuenta de que había algo extraño en eso.

Pablo sacudió la cabeza. “No estoy seguro, pero Lorena definitivamente no era una estudiante de una escuela privada para chicas, porque para poder estudiar en el Liceo Amanecer, las condiciones familiares no eran muy buenas. Si no recuerdo mal, Lorena tenia una madre adicta al juego, y su situación económica era muy mala. En aquel entonces, el tutor de clase presionó a Lorena por la matricula. Aunque ella siempre decía que conseguiria el dinero, no pasó mucho tiempo antes de que se retirara de la escuela“.

Femanda funció el ceño al escuchar esto.

Entonces, Lorena no era una huérfana sin padre ni madre.

“Sé que esa escuela para chicas a nivel de ciudad, solo admiten niñas del orfanato, y cada año el Grupo Borrego y otras empresas ayudan a una o dos chicas de esa escuela“.

Femanda recordaba que, en su vida anterior, el Grupo Borrego también había ayudado a muchos estudiantes, pero Lorena era una excepción. Todo habia comenzado cuando, durante una reunión de beneficencia, Sebastián se habla encontrado con Lorena dando agua a unos gatos callejeros.

En la vida antenor, según Sebastian, Lorena era una chica frágil y bondadosa. Tal vez fue esa había sido imagen que habia percibido de Lorena alimentando a los gatos callejeros y su apariencia inocente lo que sembró una semilla de temura en el corazón de un hombre como Sebastian, acostumbrado a las batallas comerciales.

“Haré que alguien investigue a fondo.

y al ver esto, Pablo no pudo

alisar el ceño fruncido de

en si:

joven que yo, tienes pensamientos más profundos, señorita Fernanda. Ahora es tiempo de descansar,

que la información que me diste es demasiado impactante, necesito

32 98 22 5 28 1 2

envió un mensaje a Ana, pidiéndole

entro empujando un carrito de comida y pronto

buena, hoy he elegido los

“Es muy considerado

en ese momento, alguien afuera

y Pablo

primer piso, vio esta escena

era un

acabo de prepararte

un delantal, esperaba con cierta expectativa que Sebastián se

dijo con indiferencia: “No hace falta, no

“También preparé te