No Soy Tu Bien Desechable

Capítulo 379

“Ciro, ¿no deberias estar en tu Rio Celeste siendo el magnate de negocios que eres, en lugar de venir a Laguna Verde a molestar a los nuestros? ¿Qué es lo que buscas realmente?”

Marisol también conocía de sobra a este personaje de Rilo Celeste, Cimo, pero su propio renombre en Rio Celeste también era notable.

Ciro mantuvo una expresión tranquila: “No he molestado a la Srta. Marisol, solo estoy enseñándole una lección a Femanda, algo que estoy más que capacitado para hacer”,

El Grupo Sierra en Laguna Verde ya habla quebrado, lo que para las personas de su circulo significaba que cualquiera podia menospreciar a la familia Sierra, esto era algo habitual en los circulos de alta sociedad.

El rostro de Marisol se tenso al decir: “¿Estás haciendo esto para enfrentarle directamente a nosotros?”

“Si, ¿y qué?”

Ciro dijo con firmeza

Mansol soltó una carcajada fria: “Parece que el señor Ciro, después de tantos años siendo el dominante en Rio Celeste, no se ha enterado de que en Laguna Verde tenemos nuestras propias reglas. Aunque la familia Sierra haya quebrado, cuentan con mi protección, con la de Fabio, y con el respaldo de toda la familia Ferreiral Hoy, señor Ciro, ayudaste a Lorena contra Fernanda, pero temo que mañana te será dificil salir por las puertas de Laguna Verde”

“¿Estás amenazando a Ciro?”

relación tienes con Femanda que te lleva a protegerla

esa sucia boca!”

desató, y Fernanda, temiendo que Marisol provocara conflictos con la familia Yepes en ese momento, intervino rápidamente: “Srta. Lorena, no te

todos

de Sebastián era conocido por todos en el pais

discordia aqui. Ya le había informado a

“Vaya, hace

muerte, valorando el lugar de la Sra. Borrego más que nadie. Ahora que tienes un nuevo amor, olvidaste al antiguo? Qué rápido cambian

qué es lo que vio en Lorena. Al fin y al cabo, no es más que una fabricante de mentiras. Tus gustos son

Ciro“.

sus hombres le dio una cachetada a Fernanda, que la

Marisol exclamó furiosa: “¡Cimal”

que, aunque no pueda tocar a la Srta.

“Infeliz!”

labios de Fernanda sangraba, y Lorena encontró

arriba, pero