Capítulo 510

En la memoria de Femanda, la familia Borrego realmente había comenzado a ascender con el abuelo de Sebastián, es decir, el esposo de la abuela Borrego. Luego, fue gracias al padre de Sebastian.

Sin embargo, Femanda nunca habla escuchado a Sebastián hablar sobre la generación de su bisabuela.

En esta casa, incluso solo había una placa de madera para el bisabuelo de Sebastián

“Entonces, ¿el patrimonio del Grupo Borrego en realidad también tiene un siglo?”

El Grupo Homego siempre se habia presentado como una empresa centenaria, pero la fortuna de la familia Borrego en realidad solo tenia unas pocas décadas, en esa época se consideraban nuevos ricos, por eso la abuela Borrego siempre quiso que su hijo y nieto se casaran con una dama de buena familia

“Supongo“.

Sebastian dijo indiferentemente. “Mis bisabuelos probablemente no se hicieron ricos en Laguna Verde. No sé mucho sobre ellos

Fernanda se perdió en sus pensamientos, Sebastión ya había encendido una vela y se la pasó a Femanda.

Femanda, al ver la vela que Sebastián le entregó, entendió su intención. Tomo la vela y rezó sinceramente, luego la colocó en el candelero

Sebastian dijo: “Con esto, se completa la ceremonia“.

dijo indiferentemente: “Creo que deberias considerar darle a tu abuela un nieto Ella realmente quiere ver a

del oratorio, Sebastián estaba a punto de hablar para retenera, pero de repente se escucharon gritos de

puede entrar. El Sr. Borrego está hablando

“¡Qué esposal ¡Quitense!”

Delfina Luján era tan fuerte que perturbó

Delfina estaba siendo retenida por dos sirvientas. Al ver

dijo: ¿Quién les dio

la Sra. Delfina insistió en veni

Delfina, al saber que

el temperamento de Sebastián y que Delfina apareciera en este momento claramente

“Sebastián…”

pero él la evadió sin

al lado de Sebastian, y de pronto se arrodilla en el suelo, agarrando el brazo de Femanda:“Srta. Femanda! Te lo suplico, déjame tener esto, ya soy de Sr. Borrego. La abuela ya ha accedido a que me una a la familia Borrego. Ahora que he

se vela humilde en ese momento, y dijo con una leve sonrisa: “Srta. Delfina, no eres la primera persona que

dijo: “Esto es algo que deberias

Delfina y se apartó, mientras Sebastián miraba con frialdad a Delfina en el suelo: “Creo que ya te habla dicho que no trajeras

que es por la Sta. Fernanda que estás aqui, por eso no quieres admitirlo. ¡Pero lo que pasó entre nosotros es verdad! La abuela me pidió que me quedara a tu

crees que sería tan estúpido como para cometer el

dejaron a

entró a tu habitación esa noche,

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