No Soy Tu Bien Desechable

Capítulo 681

Arriba, Lorena acababa de cambiarse de ropa y, enfurecida, pisoteó dos veces su vestido de compromiso.

Miró de reojo a Camila y dijo: “Ve y fijate qué vestido lleva Fernanda en el hotel de al lado!”

Ese día, había visto claramente a Fernanda con el mismo diseño. ¿Por qué el resultado final en sus manos habia cambiado tanto?

Ella había preguntado específicamente ayer, ¡y su vestido era mucho más caro que el de Fernanda!

En el fondo, Camila despreciaba a Lorena, pero por fuera, trató a Lorena con aún más frialdad. Sacó su teléfono móvil y buscó las fotos más recientes de la boda de la familia

Rivera.

En las fotografías, Fernanda lucia elegante y distinguida en un largo vestido de sirena que tocaba el suelo. Aunque el vestido de sirena no tenía demasiados adornos, los pequeños diamantes en el borde parecían la vía láctea, capturando toda la atención.

¡Era el mismo diseño! Pero los resultados eran completamente diferentes.

las fotos la pose perezosa y noble de Fernanda, Lorena se enfureció hasta ponerse roja: “¡Tiene que haber sido

siete dígitos, y ahora parecía no ser diferente de un trapo!

este vestido ahora mismo! Arruinaron mi fiesta de compromiso, ¡y les haré pagar por esto!”

ver que Lorena estaba siendo irrazonable, Camila dijo: “Este es un diseño exclusivo de un maestro francés en la sucursal de Laguna Verde. Cada diseño viene con un contrato firmado, y todos los detalles y solicitudes fueron especificados por usted, Srta. Soraya.

de esta manera, cómo no voy a poder devolverlo? Después de hoy, seré la futura Sra. Borrego,

palabras de Lorena, Camila simplemente rodó

en la

contrato al pie de la letra, sin violar ninguna condición. Lorena estaba haciendo un escándalo por un vestido de siete dígitos, y si las cosas se salían de control, sería la familia

Capitulo 681

Soraya, le aconsejaria mantener un perfil bajo,

‘¡Plaf!‘

que Camila pudiera terminar, Lorena le dio una bofetada en la cara, furiosa: “i¿Quién te crees que eres

“Oye…”

a Lorena

familia Borrego. En todos sus años con la familia Borrego, ni siquiera la abuela Borrego había levantado la