Capítulo 725

Oriol frunció ligeramente el ceño, mientras Catalina se acercaba con una ceja levantada y decía: “Vaya, Oriol, qué coincidencia, ¿también viniste a probarte ropa?”

“Sí, el Sr. Lobo acaba de venir a probarse un traje que había encargado la última vez“.

La empleada de la tienda se acercó para defender a Oriol, mientras Fernanda, escondida dentro del vestidor, empezaba a escuchar los chismes.

Catalina miró directamente hacia las cortinas ya cerradas del vestidor y preguntó: “Entonces, ¿por qué no vas al vestidor a cambiarte? Parece más bien que estás aquí esperando a alguien“.

“¿Qué crees tú que estoy esperando?”

Oriol extendió la mano y rodeó con ella la cintura de Catalina, quien, siguiendo el movimiento, se sentó sobre él, sonrojándose de inmediato: “Qué molesto, aún hay gente aquí“.

“Fue tú quien me siguió“.

“¿Cómo podría estar siguiéndote? Solo escuché que el vestido que llevé anoche, alguien más lo había usado, así que vine especialmente a encargar dos nuevos“.

Catalina rodeó el cuello de Oriol con sus brazos y dijo: “Oriol, ¿ya te ocupaste de la pianista?”

“Ya está resuelto“.

comprar algunos vestidos nuevos, ¿me los comprarás, verdad?”

le diré a Pascual que pase la tarjeta“.

eras el más atento conmigo“.

comenzó a

cual el vestido ya había sido tomado, y frunció el ceño diciendo: “¿Dónde

a explicar: “Ese… aún no lo hemos puesto“.

que alguien se lo

para descubrir que, aparte de un vestido, no

estaba la otra

que no

diciendo: “De verdad, olvidé traer de vuelta el vestido,

“Pero…”

alguien más lo quería

miró hacia Oriol, quien asintió con la cabeza, y entonces dijo: “¿Cómo podría ser? Si la Srta. Ojeda lo quiere,

que yo quiera, ya sean vestidos o personas,

Oriol con un significado profundo y luego dijo: “Empaquen este

desee, Srta. Ojeda“.

noche estoy

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