Capítulo 886

Al escuchar la voz de Oriol, Fernanda contuvo la respiración.

Si Oriol entraba en ese momento, Gervasio estaría acabado.

Desde afuera, Pascual frunció el ceño y dijo: “Jefe, tengo la tarjeta de la habitación, ¿por qué no entramos directamente?”

Oriol ignoró a Pascual y dijo fríamente: “Fernanda, estoy siendo muy cortés ahora, no me obligues a entrar a la fuerza“.

Fernanda miró a Gervasio, quien ya había sacado un arma. Inmediatamente, Fernanda puso su mano sobre la de Gervasio que estaba a punto de disparar y gritó hacia afuera: “¡Espera un momento! ¡Espèra aun no entres!”

La voz de Fernanda era apresurada, y Oriol detectó la inestabilidad en su tono: “¿Qué pasa? ¿En tan poco tiempo ya escondiste a un hombre allí dentro?”

Al ver que Oriol había adivinado, Fernanda se sintió aún más nerviosa.

“¡Deja de decir tonterías! Estoy bañándome, ¡no tengo ropa puesta!”

“¿Bañándote? Con todo lo que está pasando afuera, ¿te estás bañando? Realmente crees que soy fácil de engañar,” la paciencia de Oriol se estaba agotando: “Apresúrate, o entraré“.

“Jefe, no pierda tiempo hablando con ella. Si se está escondiendo allí y no sale, definitivamente algo está pasando“.

la puerta, encontrando la habitación vacía, con la puerta del baño cerrada firmemente.

escuchaba desde dentro del baño: “¿Quién… quién les dio permiso

ver esto, Oriol frunció

ustedes,

voz de Fernanda era

del baño cerrada, Oriol frunció el ceño y

en

Oriol, si te atreves

Veamos si estás bañándote sola o con

abrió de golpe la puerta

de vapor, y un golpe de aire caliente golpeó la cara

pudo vislumbrar vagamente lo que había dentro del baño.

sumergida en la bañera, mostrando su cuello suave y sus hombros, tal

Oriol casi por instinto cerró la

se acercó y preguntó: “Jefe, ella…”

“¡Salgan!”

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Capitulo 886

y aunque Pascual se sobresaltó, obedeció

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