Capítulo 943

Jeronimo sabia que Sebastián había ido por Fernanda, pero saber que Sebastián estaba bien era suficiente.

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Jeronimo dijo: “Regresa y lávate rápido, el viejo aún no sabe lo que te pasó, si se entera, las cosas se pondrán feas“.

“¡Seria mejor qué se pusieran feas! Ciro, en complicidad con Ludovica, me secuestró, ¡qué sinvergüenzas!”

“¿Ludovica?”

Jeronimo se quedó sorprendido.

No esperaba que Ciro hubiera conspirado con Ludovica para secuestrar a su propia hermana.

“¡Maldita!”

Jeronimo, furioso, se arremangó y se giró para salir de la casa de la familia Parra, pero al verlo, Mercedes rápidamente agarró a su impulsivo hermano y dijo: “Hermano! ¿A dónde vas?”

“¿A dónde voy? ¡Voy a acabar con esos desgraciados! ¡Se atrevieron a molestar a mi hermana!”

“¡Hermano! ¡Hermano!”

Jeronimo, y en ese momento, Sebastián, quien llevaba una máscara, entró por la

ceño: “¿Eres

estaba a punto de estallar, pero Jeronimo rápidamente intervino: “Está bien, Mercedes, sube. Todavía tengo

permanecia inmóvil: “¡Hermano! (Asegúrate de darle una buena lección! ¡Fue él, no le importó mi vida en lo más minimo! Teniéndome a su lado, se atrevió a disparar. Después, simplemente desapareció. ¿Qué clase

definitivamente le daré

que Mercedes subiera las escaleras, sintiéndose más

preguntando: “¿Qué, fuiste a la fábrica abandonada y trajiste de vuelta un saco de

se quitó la máscara y arrojó el saco

del saco, se reveló el rostro pálido

dio un salto hacia atrás, sorprendido:

‘Está vivo“.

Jeronimo se tranquilizó y dijo: “Eso está bien… eso está

punto de

“¿Qué?!”

llaves:

un

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indefenso. Adelante, golpéalo“.

“Yo…”

a Ciro tendido en el suelo,

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