Capítulo III

La luz de la mañana se disperso y dejó un tono dorado sobre la ciudad cuando Sabrina y Javier salieron del restaurante.

Javier llevó a Sabrina al estacionamiento.

De camino al auto, Javier recuperó las llaves de su auto y dijo: “Sabrina, no te lo tomes a pecho. El señor Santander no es un hombre mezquino.

Javier no sabia nada de lo que pasaba entre Fernando y Sabrina y simplemente queria consolarla.

El pequeño incidente del jugo en el restaurante con Fernando era la menor de las preocupaciones de Sabrina. En cambio, estaba preocupada por esta charla sobre Fernando preparando muebles para niños. ¿Qué estaba tratando de hacer?

¡La prueba de paternidad ni siquiera estaba lista!

¿Estaba planeando secuestrar a los niños de todos modos?

¿Para qué querria a los niños si no fueran de su carne y sangre?

¿Por qué tuvo que hacer esto?

ejecutivo millonario y podía elegir a

sociedad y celebridades se

que hundirse tanto como para robar niños que no

Sabrina no podia entender lo que

preocupada de que Fernando pudiera cambiar de

ella era carne

tienes en mente? Te dije que no te preocuparas por eso. Todo estará bien. Después

ojos parecían atormentados por la preocupación, por lo

Javier, ordenó sus pensamientos y sacudió la

ya que era un proyecto pequeño y confiaba en que lo harias bien.

mientras se recomponía y dejó de pensar en Fernando ordenando muebles para niños. Tenía que concentrarse en el

de que preocuparse por la

Después de

JK, Sabrina

diseños de muestra que pudieran

a su escritorio para obtener

de novia de la prima del Sr. Barreda, se acercó a Sabrina con sus tacones de aguja con un pastel pequeño y exquisito. Colocó el pastel frente a Sabrina y le dio una sonrisa falsa. “Sabrina, ¿vas a ver más tarde al

tenía nada en contra de Tammy por ahora, así que dijo con franqueza:

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