Capítulo 155

“Gracias, Sr. Santander, por su amable oferta, pero me temo que tendremos que pasar”. Elena protegió con fiereza a Joaquin y Carmen como una leona con sus propios cachorros. Su estómago se revolvió con preocupación. Estaba aterrorizada de que Fernando pudiera sospechar que eran suyos si se acercaba un paso más y los miraba más de cerca.

Por eso agarró a los niños y huyó de la escena inmediatamente después de rechazar la invitación a comer de Fernando.

Ramiro se adelantó y le susurró al oído a Fernando después de que el trio se hubo ido. “Sr. Santander, inecesitas devuelva?

El asistente personal de Fernando no tenia ni idea de quienes eran.

Pero habia oido a Fernando llamarse a si mismo el padre del niño.

que te los

Todavia estaba conmocionado por la inesperada revelación. Sin embargo, deberia haberlo esperado. Familias como los Santander tenian muchos esqueletos escondidos en sus armarios profundos y oscuros.

Decidió guardarse la sorpresa y las preguntas para si mismo.

“Esta bien. La mirada en los ojos de Fernando se oscureció. No tenia prisa.

Puede que tenga sus sospechas, pero le faltan pruebas.

Sin pruebas, no tenia ningún derecho sobre los niños.

Iba a tener en sus manos pruebas irrefutables que apuntaban a la paternidad de los niños. Luego, iba a dar la bienvenida a sus hijos a su familia.

En cuanto a Sabrina… bueno, ella también se uniria a sus hijos.

Carmen a

embargo, Joaquin parecia desconcertado por el visible alivio

¿Qué esta pasando?

qué su madre le diría que

que estaba pasando. Miró el rostro de Elena, su adorable rostro y sus delicados rasgos arrugados por la confusión. “Abuela, ¿quién era

posible de ese hombre”, Elena se arrodillo y les habló con severidad a

no parecía entender la gravedad de

era tan inquisitiva como Joaquin y carecia de la mente inquisitiva de su hermano. Todo lo que sabia era que Elena acababa de decirles qué hacer y qué

La chica simplemente asintió.

con lo dicho por Elena. Presionó insistentemente. “¿Por qué no

les gusta robar niños lindos de sus madres. Ambos son buenos niños. Tu madre nunca te volverá a ver si te roban estos hombres terribles y malos-explicó Elena con paciencia mientras despeinaba con cariño

no. Joaquin no quería eso para

la cabeza profusamente. “Quiero

No puedes andar hablando con

y Carmen asintieron

Elena los trajo de vuelta con prisa inmediata. Una vez que estuvieron en casa, envió a los niños a jugar a la sala de estar mientras ella se dirigia al balcón con su

segundos. Las palabras salieron

trabajo. Ella tenía su borrador en su escritorio frente a ella en este momento. Pero tan

no se atrevió

que sus colegas escucharan su conversación

estaba aterrorizada de Fernando. Hombres como Fernando, que trataban a su empresa como su imperio y al mundo como un campo de

qué diria

área e intervino. Tengo a los gemelos en casa, ahora”, dijo Elena. “¿Qué debemos hacer? Tengo la

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