Receta para robarle el corazón al Dr. Farel

Capítulo 10 11

arado afuera de la puerta, vestido con un traje negro de alte obstunstera, erguido y esbelto, abstinencia que to envolvía.

cmetidas en los bolsillos, lanzó una mirada desinteresada y ca suod tal hacia Zeus y la mujer ajoj trunciendo ligeramente el ceño con una voz fría.

haciendo, Zeus?

æ voz, levantó la cabeza por reflejo y se encontró con los ojos indiferentesytelvociatos de Farel, salto un latido.

$?

brancabraze sobre tos hombros de Evrie, sonrió con alad de culpa- No es nadareda elanes mi

pasas pasando en buen rato.

isticnasco esas palabras con una mirada que apenas rozaba el rostro de EvrieEvrie.

go le

Tatto ese desaudtee su piebera como porcelana, sus melltas ligeramente sonrojades, tas, las adas.yésosyœesno grandes ojos llenos de miedo y asombro, con los bordes rojos, comcomo gadac

a.st200.

erarse der Zeus Zolis deptico rápidamente-Yo no soy su novia…

as claru, tak valbecamace mucho que no me doy un gusto, pasar una noche con una una ences la granæom acsa, además, te pago-interrumpio Zeus, agarrando a Evrie para para

en el club varias veces,vads, cada uno en to suyo; su tíono era de los que se metían en dien

Zeus, pasó junto alfach qaret quien de repente extendió la mano y agarró su muñeca.ecal cincuen

Zeus no entendía susiaurintenciones.

nciso.ncisc

fiarek/baletuodetuvo, y no

vez, haré que tu padre te compta padam piemas amenazó Farel con otra frase helada. a. vo más remedio que irse, mirando a fivideocnire con resentimiento y marchándose

aba

ellos dos frente adnote

dun falda muy

de las que

s, con

edondas

por ayudarme

Sus ojos

y se apoyo en el tranquilo

lar.

15.05

que se acercara

otra vez?-preguntó.

con

por qué haces esto?

con honestidad-Quiero

por un

ahorrar?-volvió a preguntar.

-Cincuenta mil.-

la miró con significado, su expresión era oscura e

su camisa para relajar el cuello, y luego levantó

no logras ahorrarlo?

atrevimiento y lo miró

a seguir vendiendo tu cuerpo? ¿O tus óvulos? Farel se burló con frialdad, su voz cargada

de golpe, incluso las puntas de

buen temperamento, no pudo

yo no